La Ausencia en la Distancia

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En una noche cualquiera
entre los brazos de mi amada,
entre caricias cortadas
por los suspiros del silencio.
Donde sus dedos dibujaban un corazón en mi pecho,
tan noble y sincero como el suyo propio, renegando el oprobio de culaquier tipo de sospecha.
Entre sonrisas y señas acercó su boca hacia mí.
Y con un beso en la nariz llegó hasta mi oído y casi con delirio dijo: Amor mío responde mi pregunta, ¿conectó alguna vez la luna, almas como la mía y la tuya?
Caí cautivo en ese momento de locura,
y el frenesí de su ternura fue mi cruel carcelero.
Entrelazando mis dedos,
exprimiendo, mis más profundos sentimientos.
Sin motivos, y entre nudos de lamento,
mi garganta se tragó todo texto,
que en mi mente surgía.
Dejando oír la dulce melodía,
de aquella sonrisa que aún hoy en mis sueños puedo ver.
Aquella sonrisa que inspira mis latidos,
y a la que le debo las gracias.
Porque ahora, tan lejos de los brazos de mi amada,
recupero las palabras que el momento se llevó.
Y puedo escribir con soltura,
porque hoy conecta la Luna,
almas como la mía, y la suya.
Dependiendo de la fase lunar trasmitirá distintas conexiones.
En luna nueva será la tristeza de la ausencia.
Durante cuarto menguante será la sonrisa eterna de dos corazones que en la distancia se esperan.
Luna creciente se encargará de hacer crecer el amor hasta el punto de la locura,
y cuando llena esté la Luna,
será el reflejo ardiente de pasiones encerradas,
se robará el sueño de los presentes,
hasta que una Luna nueva les recuerde la ausencia en la distancia.

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