T•R•E•S

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Todos los niños gritaban desordenados en la sala.

Intenté decirle a Ashley que se callara, mi amiga con la que me sentaba, pero 28 niños eran demasiados para intentar callarlos yo sola.

Cuando por fin la maestra nos pidió silencio y August quiso hablar, no pudo, su boca se cerró y enmudeció.

Me dio tristeza no poder escucharlo, me parecía un niño bonito, demasiado tímido, pero bonito.

Algunos se rieron y yo me enojé con ellos.

¿Cómo puede haber niños tan burlones?

Mi papi me había dicho en las vacaciones de invierno:

—Primera lección: jamás burlarse de alguien cuando no sabemos el dolor que podemos causar.

Y yo cuando grande quiero ser una buena persona. 

 

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Entre palabras te hallé (I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora