Nerviosa ¿ya había dicho que lo estoy?
Eso de no habernos dado los números de celular lo hacia mas eterno, pasé el fin de semana esperando a ver si Sophie me decía algo, pero solo me dijo que el lunes era el juicio del accidente de su madre, así que tomé la decisión de ir y además declarar a favor de Gus y su padre.
Sabia cosas de Houston, y por supuesto que contaría la verdad. Afortunadamente todo se resolvió a favor de Gus.
En la salida quise darle espacio a su familia, pude ver que su padre se había casado y tenía dos hermanas más, pero no sabía si eran de sangre.
Estaba por irme cuando Gus me llamó exclamando mi nombre a lo lejos, me di vuelta y allí estaba él sonriendo.
—¿Quieres ir por un helado? —me dijo acercándose con la respiración agitada.
—Si —dije sin dudar.
Nos fuimos en su moto a una heladería, y compró dos helados. Después nos acercamos al parque en frente y nos sentamos en una de las bancas.
No sabia muy bien qué decirle, siempre fui buena hablando pero los nervios me jugaban una mala pasada.
—Creo que la tecnología nos ha quitado la paciencia —dijo
—¿Ah sí? ¿Por qué?
—Porque después que te entregué la carta, se me ha hecho eterno el fin de semana
—Lo siento, leí tu carta y fue lo que me motivó a ayudarte con lo que sabía de Houston, además vi la fotografía, la parte de atrás —dije entre risitas
—Creo que fui muy osado al escribir que era tu primer novio... —se rio y eso me dio gracia
—Fue tierno, en realidad creo que lo eras, aunque no me lo pidieras porque teníamos cinco años, demasiado pequeños. —dije
—¿Y si te lo pidiera ahora? —dijo sorprendiéndome.
—Tendrías que probar —respondí.
Ay April ¿qué te está pasando?
—¿Estás soltera?
—Siempre lo he estado —añadí, probando mi helado para disimular la ansiedad.
—¿Y Houston?
Tenia que sacar al tarado.
—Que él les haya dicho a todos que yo era su novia es otra cosa —volteé los ojos—. Pero yo jamás lo he reconocido
—Ya veo... —Probó de su helado.
—¿Y tú? —pregunté curiosa.
—Si, acepto a April como mi esposa —me dijo bromeando
Di un aletazo riéndome y pasé a chocar su helado aplastándolo en su chaqueta de cuero.
Joder, que idiota soy.
—Demonios Gus ¿Cómo sales con esas cosas? —dije nerviosa, sacando un pañuelo de mi bolso e intentando limpiarlo.
—Bueno quince años de espera es bastante ¿No?
—Te saltaste todos los pasos, así no cuenta —le dije achicando mis ojos y el soltó unas carcajadas—. Estás loco, muy loco —agregué, meneando la cabeza
—Estoy loco por ti April, porque te encontré ¿No es suficiente para haberme vuelto loco de amor?
—Ay Gus ¿y qué pasa si no soy la misma niña que solía ser? Somos diferentes ahora, en ese tiempo éramos niños
—El hecho de que te hayas inspirado en mí para estudiar fonoaudiología me dice lo contrario, el que hayas ayudado a encontrar los culpables que mataron a mi madre me lo reafirma —se volteó para para verme de frente—. Pudimos haber cambiado físicamente, pero yo sigo siendo el mismo, aun te extrañaba
—...Tienes razón, es solo que siento que me cuesta abrir mis sentimientos mientras que para ti veo que es sencillo, aunque todo lo que dije en la carta fue real
—No es sencillo, estoy temblando ahora mismo... pero sé qué se siente dejar cosas y palabras pendientes y créeme que es más difícil vivir con ello luego —me dijo.
Sonreí porque al menos no me sentía como si fuera la única nerviosa aquí.
—También estoy temblando, pero creo que... —me interrumpió de repente acercando sus labios a los míos.
Su beso era tan delicado y tierno, que se sintió como si fuera el primer beso y a la vez reconociera el pasado, los sentimientos y sensaciones eran distintos, ahora sabíamos qué significaba un besarnos y las caricias.
Susurró.
—Cuando mi papá estaba nervioso, mi mamá lo besaba
Solté unas carcajadas porque podía entender a qué se refería con eso.
—April, siento que, si dejo escapar esa sonrisa y esas pequitas que tanto amo, no me lo voy a perdonar nunca
Me mordí el labio inferior al sonrojarme y dije
—Creo que, aunque los años pasen, inevitablemente seguirás produciendo lo mismo en mí, como lo hacías de pequeño, siempre me causaste ternura, el que no hablaras mucho y ver que te ponías tan nervioso a delante porque se burlaban de ti, me daba rabia que lo hicieran ¿Sabes que muchas veces pelee defendiéndote? Por eso me pusieron Mérida, porque parecía una salvajita —me reí.
—¿De verdad? —soltó unas carcajadas—. Nunca me enteré de ello
—Si, por eso poco a poco dejaron de molestarte, aunque ahora me apena no haber estado contigo, no me imagino lo difícil que fue para ti y todo lo que te costó superar ese trauma
Tomó mi mano y la acarició.
—Si hubiese sabido que te iba a encontrar de nuevo, puedo decir que todo ha valido la pena —dijo
—Qué locura todo esto, estuvimos tan cerca siempre, ahora no estoy dispuesta a que te vayas, sé que será como volver a conocernos de nuevo, pero si el amor que siento por ti se siente de esta manera, entonces estoy enamorada de ti
—¿Quién dijo que me iré de nuevo? —besó mi mejilla y sonreí—. Me encantaría ser tu novio y demostrarte todo el cariño que tengo para ti
—Es cosa que lo preguntes —sonreí algo traviesa.
—¿Quieres ser mi novia?
—Si, pero antes tengo unas condiciones
—¿Ah si? ¿Cuáles?
—Que solo yo puedo subirme a esa moto contigo —hice morrito
—Eso está claro ¿Y qué más?
—¿Vas a estar dispuesto a disfrutar de todas las melosidades que se me ocurran hacerte? No me hago responsable de posibles síntomas diabéticos que puedas tener
Soltó unas carcajadas.
—Estoy completamente dispuesto a ello —respondió.
Acarició mi mejilla, cerré los ojos sin pensarlo y volví a sentir sus labios atrapando los míos, esta vez más seguros de volver a unirse y yo mas confiada de abrirle mi corazón al niño que siempre esperé y amé.
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Entre palabras te hallé (I y II)
Teen FictionSegundo libro de Dos amores un solo corazón. DESTACADA EN NOVELA JUVENIL 2020. Primera parte y Segunda. Sinopsis: August es un niño sencillo y tierno, que a su corta edad ha tenido que lidiar con dos grandes situaciones que lo llevarán a su...