Atemporal

Paraíso

Eran felices. Disfrutar de la dulce vida junto a la persona que quieres, aunque sea a escondidas, te hace libre.

Sasuke estaba seguro que tener esos ojos mirándolo tan intensamente, sería lo más cerca que estaría de tocar el cielo. No pensaba en sus pecados, o la falsa realidad que aparentaba, sólo quería adentrarse en ese infinito azul y disfrutar un poco más.

Despertar en esa estrecha cama, con un rubio inquieto y ver como se abrazaba a su pecho, rogando por unos minutos más de sueño; era conmovedor. Una mirada adormilada junto a unos labios que le regalaban el más dulce buenos días, era todo lo que necesitaba.

Poco después, el rubio se tenía que marchar. Ojeroso y malhumorado, despidiéndose con un 'te veo en un rato' seguido de un beso que se alargaba demasiado, pero a Naruto le daba igual llegar tarde a sus aburridas lecciones.

Ambos contaban las horas para volver a verse y se aseguraban de que ese "estoy en casa" fuese respondido, siempre, con un "bienvenido".