«Preocupándote no vas a evitar que pasen cosas malas. Solo vas a dejar de disfrutar las buenas. Así que, ¿Por qué preocuparse?. Solo tenemos que darnos cuenta de que no fue culpa nuestra y seguir adelante sin remordimientos.»
•Cᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ 100% ʜᴏᴍᴏsᴇx...
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Ambas esmeraldas estaban fijas en el rostro del otro, sosteniendo la mirada contraria con cierto desafío brillando intensamente.
La mesa estaba en silencio, el cual comenzó a volverse incomodo para Alexa cuando su gemelo y madre comenzaron una conversación que acabo como siempre que intentaban dirigirse la palabra, con rencores y los trapos secándose al sol.
Los gritos faltaron, pero la nube tensa y relampagueante llenando el ambiente indicaba que podían aparecer de sorpresa, listos para romper el silencio de la casa en donde la cuchara de Alexa chocando con el recipiente se oía cada cierto tiempo.
Agnes no estaba contenta, en su rostro ni siquiera había un atisbo de sonrisa, y desde que sus únicos hijos no estaban en aquel pedestal en donde los elegidos se encontraban, su humor había bajado varios metros al subsuelo.
Alex por dentro sentía el alivio recorriendo su pecho, dejando una agradable sensación amarga que fue interrumpida abruptamente al despertar. Si bien sabia las consecuencias de lo que había logrado, las reacciones de su madre lo traían sin cuidado.
