• DESPERTAR • Sungwoo (Sungchan x Jungwoo)

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴɪᴄᴏ

Cada despertar era único para Jungwoo. Sungchan siempre trataba de despertarlo de una forma diferente pero única. Su objetivo era lograr que cada día tenga un recuerdo diferente.

Hoy no era la excepción. Jungwoo abría los ojos lentamente mientras sentía el calor del cuerpo de su pareja en su espalda. Removió un poco las sábanas y volteó para quedar frente a su novio, quien dormía plácidamente.

Notó que Sungchan se aferraba a su cuerpo posicionando un brazo alrededor de su cintura, pegándolo a su pecho. Jungwoo oía los latidos de su corazón, eran pausados y suaves, hacían que el rubio se relajara.

Aún en su sueño, Sungchan mostraba una sonrisa pequeña, y Jungwoo lo notó. Depositó un corto beso en sus labios y rio bajo ante la mueca que el pelinegro hacía.

Luego de una sesión de besos por toda la cara de Sungchan por parte de Jungwoo, el pelinegro despertó encontrando la imagen más hermosa que pudo haber visto.

Jungwoo tenía los ojos un tanto hinchados, el cabello rubio algo despeinado y una gran sonrisa que derretía el corazón del menor.

Sin dudarlo, tomó su rostro en sus manos y besó suavemente sus labios. Aquel beso fue lento y adorable, así como la primera vez que lo hicieron hace un tiempo.

El amor no se había ido nunca, es más, cada vez crecía y se fortalecía con el pasar de los días. Ambos eran afortunados de tenerse el uno al otro.

— Jungwoo, ¿Ya te dijeron que eres hermoso? —Sungchan mentiría si dijera que su novio no era el ser más perfecto de este planeta; y es que Jungwoo lo tenía todo, era hermoso por dentro y por fuera, su sonrisa era encantadora, su voz era suave y te enmendaba paz y su personalidad y compañía eran únicas. Sin duda Jungwoo era perfecto.

— No soy bonito, mi rostro es ordinario, no destaco. —al bajar la mirada, Sungchan le levantó el rostro y lo miró fijamente. Si bien habían veces en que el rubio tenía problemas de autoestima, el pelinegro sabía como ayudarlo y subirle el ánimo.

— No necesitas destacar. Cada uno tiene lo que el otro no. Mientras que mis rasgos faciales son afilados, los tuyos son más suaves y delicados, y eso te hace único. —hablaba con confianza, quería que Jungwoo tuviera eso muy claro.

— Aún así no me siento especial. —la mirada del rubio demostraba tristeza, cosa que Sungchan notó, por lo que lo abrazó y acarició el cabello.

— Tu cara, tus manos, tus piernas, todo de ti es hermoso, pero tu corazón es lo más valioso de ti, eso te hace muy especial. —Sungchan sintió como Jungwoo sonreía en su hombro y besó su mejilla.

El rubio, al mirarlo a los ojos le brindó una sonrisa, sonrisa que quedará grabada para siempre en la mente del pelinegro. Era increíble lo que esa sonrisa podía causar en él.

— Bebé, somos muy diferentes, pero cuando estamos juntos eso no interesa. Te amo, así como eres. —dicho aquello, Jungwoo se lanzó a los labios del menor besando de una forma tierna.

Una pequeña risa se oyó y Sungchan sintió como su corazón se derretía. Su Jungwoo era muy especial para él, jamás dejaría que nadie ni nada le haga daño.

El rubio estaba agradecido con el destino por poner a Sungchan en su camino. Sin duda era la persona más maravillosa que su vida encontró.

— Gracias por ser la mejor persona que mi vida pudo haber encontrado. Te amo. —ambos se unieron en un abrazo cálido debajo de esas sábanas y así se quedaron un tiempo más antes de levantarse. Como decía en un principio, cada despertar era único para Jungwoo y hoy no era la excepción.