─Monkey D Luffy siempre ha sido alguien particular, así que, no es una gran sorpresa que el reencarne en un espíritu, ¿es eso tan siquiera posible?
Bueno, el nuevo rey siempre encuentra un modo para sorprender a quienes le rodean, ¡acompáñalo en est...
Realmente me disculpo por no haber actualizado el viernes, es solo que estos días realmente no me he sentido muy bien, pero ahora ya me encuentro mejor y vendré con nuevas historias.
Como ya saben, el capitulo es largo, espero lo disfruten. 💕
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—Coexistence.
El moreno miraba seriamente al chico que tenía delante, en este momento no deseaba lidiar con nadie, se atrevía a confesar que se perdió en el lugar apropósito con tal de no darle la cara a Ace; pero ahora aquí estaba, delante de una de las personas que más le causaba dolores de cabeza.
Pero también era una persona con la cual más se desquitaba, borro su ceño fruncido y sonrió ladinamente.
—¿Acaso te has perdido? —cuestiona con burla en su voz, con rapidez se ganó un ceño fruncido de parte del contrario.
—Yo no me perdí, los espejos se mueven.
Viro los ojos al escuchar de nuevo esas palabras después muchos años, la misma que excusa que siempre daba cada que después de una gran fiesta debían volver a los barcos y Roronoa siempre terminaba ya sea en su submarino o bien en el barco de Eustass.
—Claro, claro.
Aunque ahora también que recordaba, este tenía una puta suerte para siempre llegar al lugar en que debían reunirse, y en los largos años que convivio junto a los Sombreros de Paja se había dado cuenta de ello.
—Bueno, como sea, nos vemos cabeza de musgo. —Y dichas aquellas palabras siguió de largo pasando justo por un lado del contrario; golpeando apropósito su hombro.
Por el reflejo pudo ver el rostro del contrario pasa de la indignación al enojo; y viro los ojos con diversión al darse cuenta también por los reflejos que el contrario le estaba siguiendo.
Estuvo caminando por unos cortos minutos siendo seguido por Roronoa, para divertirse un poco acelero su paso y el contrario también lo hizo, para luego terminar chocando con uno de los espejos.
—¿Quieres que te lleve de la manita?
—Jodete.
Siguieron caminando, esta vez el menor siguiéndole sin tratar de esconder aquella acción, ya estaba harto de aquel lugar y se regañaba a si mismo por haber aceptado aquel estúpido reto de su padre.
Suspiro de alivio al lograr escuchar las voces de muchas personas, una señal de que aquel tipo realmente había llegado a la salida de aquel estúpido lugar, le gustaba la atracción, pero era desesperante y su paciencia en esos lugares no era el mejor.
Se paro al lado del moreno alto y abrió sus ojos con sorpresa al reconocer aquella cabellera negra hecha un desastre y aquel rostro de pecas.