Parte 22

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Me desperté 10 minutos antes, Ash seguía dormida y estaba aún recargada en mí; traté de levantarme de la cama sin despertarla, fue inútil, cuando dejó de sentir mi brazo rodeando su cintura volteo un poco asustada.

-Tranquila cariño, iba a ir al baño- Acaricie su cabello despacio.

-Perdón- Hizo un puchero -Tengo mucho frio- Se tapó con la cobija 

-Amor, ya es hora de levantarte. Ya son las 6- 

Me levante de la cama y ella se destapó, dejando ver su preciosa lencería negra la cual, por mi mala suerte, tal vez no quitaría aquella mañana, ni aquel día. Siempre que intentábamos tener sexo algo salía mal, y no me importaba no tenerlo, me gustaba su cuerpo pero quería que las dos nos sintiéramos cómodas para hacerlo de una manera satisfactoria, quería que cuando ocurriera, tomáramos ese momento e hiciéramos que durara por siempre.

Salí de mis pensamientos y entré al baño, encendí la regadera y me miré en el espejo; Aun no entendía como Ash estaba enamorada de mí, de lo que veía cada mañana, sin duda alguna me veía horrible al despertar y ella creía que incluso era más hermosa en esos momentos, cuando yo sentía que me veía horrible, a que cualquiera con la que haya tenido sexo en cualquier momento del día.

Entré a la regadera y escuché que mi teléfono comenzó a sonar, lo más seguro es que fueran mis padres quienes me avisarían exactamente que día nos iríamos de ahí; había intentado convencerlos de quedarnos un poco más, pero ellos ya habían tomado la decisión, incluso les hable de Ash, solo me dijeron "Ella es la mejor novia que has tenido Kira" y cambiaron de tema, les caía bien, pero no me quedaría; los papeles y el cambio de plantel ya estaban pedidos y había autorización.

-Ash, preciosa, ¿Quién me está llamando?- Grité 

-Ammm, déjame revisar- Hubo un silencio- Son tus padres

-Me lo puedes traer por favor-

Salí de la regadera y enrede la toalla en mi cuerpo, ella tocó la puerta y la abrí; me dio el celular en la mano, más sin embargo los impulsos me ganaron y la jale dentro del baño, su nerviosismo fue instantáneo.

-Guarda silencio mientras yo hablo con mis padres, al terminar la llamada recibirás tu premio cariño- Al terminar la frase ella me volteo a ver con cierto deseo.

Al hablar con mis padres me explicaron que nos iríamos hasta en enero, me dejaría pasar navidad y año nuevo con Ash, eso sería algo sumamente bueno, un par de meses con ella era lo que más necesitaba, también me explicaron como sería el cambio, algunos días tendría que ir a la nueva escuela para adaptarme poco a poco a ella. La llamada no duró mucho, mis padres, como siempre estaban bastante ocupados, al igual que yo.  Colgué la llamada, puse Cherry de lana del rey y dejé mi celular en el buró del baño, Ash me miró con cierta duda mientras yo me quitaba la toalla, la dejé caer en el piso; ella me miró con asombro y al mismo tiempo parecía que quería lanzarse sobre mí.

-Por qué me haces esto?- Susurro nerviosa.

-Cariño, necesito quitarte esa molesta lencería-

-Estás segura? No quiero hacerte sentir incomoda, después de lo que pasó ayer...-

-No- La interrumpí y abrí la puerta del baño- No me interesa un poco, tú me haces sentir segura Ash- Salí del baño y ella me siguió

Me tomó por atrás y besó mi cuello, solté un gemido ahogado, ella sonrío con perversión; me acosté en la cama y ella se posiciono encima de mí.

-No iremos a la uni el día de hoy ¿Verdad?- Susurró Ash riendo     

-¿Te parece que iremos?- Dije mientras desabrochaba su brasier.

Solo negó, me besó y sus manos comenzaron a vagar por mi abdomen, algunos gemidos se escaparon en el acto; la despojé de su ropa mientras nos besábamos. Sin duda alguna verla desnuda era lo mejor de esté mundo.   

Sus manos se fueron a mis caderas y un vaivén comenzó, los gemidos se hicieron presentes con mas intensidad, sus labios bajaron a mis senos y de ahí a mi abdomen, mis manos estaban arañando su espalda o enredadas en su cabello (Sabía que le gustaba un poco esa clase de cosas) Justo antes de llegar a mi centro se detuvo en seco, su respiración era bastante pesada, lo podía sentir.

-Estás segura de esto?- Sentí sus dedos en mis muslos

-Ash- Gemí -Hazlo ya por favor- 

Se hinco en el suelo y puso mis piernas en sus hombros, su respiración tan cerca de mí centro hacia que la deseara un poco más. Estaba suplicante por que sus labios estuvieran ahí, necesitaba de ella, quería ir al mismo infierno, quería que ella me llevase justo ahí. 

-Mierda Ash- Dije mientras sentía sus labios en mis muslos.

Mis manos tomaron su cabeza y la llevaron justo a donde deseaba, no quería que las cosas fueran lentas, ya no quería pasar mas tiempo sin tenerla dentro de mí. Sus manos estuvieron en mis caderas mientras ella hacia el oral.

Comenzamos a sudar y afuera comenzó a llover, ese día era perfecto, por fin estaba sucediendo, Ash era mía, y yo era su maldita perra.

-¿Puedes hacerlo más rápido, cariño?- Esa frase casi fue inaudible, los gemidos y la excitación no me permitían formar oración alguna.

Los movimientos cada vez eran más bruscos, los gemidos intensos y nuestras respiraciones pesadas. Hizo que acabara justo en su boca, lamio absolutamente todo y subió besando cada parte de mi anatomía. Se detuvo un poco en mis senos logrando provocar uno que otro gemido, besó mis clavículas y por ultimo mis labios. Mantuvimos nuestras miradas fijas por unos segundos, yo estaba deseosa que pasará a la siguiente base, aun que no tenía en claro cual sería exactamente.

Sus manos vagaron unos instantes por mi cuerpo causando que me arquease, terminando en mi centro, se posiciono encima mío, sus ojos brillaban más de lo normal, su cuerpo sudado, su cabello enredado y las venas de sus manos marcadas eran algo que me fascinaba, parecía que estaba en un sueño del cual no quería despertar.

Sus dedos se introdujeron con facilidad, estaba bastante lubricada como para que no fuese así, inició con movimientos ligeros y no tan bruscos, las embestidas fueron aumentando su intensidad conforme mis gemidos se hacían presentes, su cuerpo estaba en un vaivén constante lo cual hacia que me excitase un poco más, su mirada parecía mas profunda y un poco cansada. Mis manos arañaban su espalda y ella me dio una bofetada, mentiría si hubiese dicho que no me agrado, al contrario, añadió un poco de intensidad al acto

 Llegué a mi punto máximo  y ella lo sabía, era más que notorio, jamás había llegado ahí, era el clímax de todo, solté un gemido al mismo tiempo que mis piernas comenzaban a temblar. Mi cuerpo se relajo en su totalidad, Ash se recostó al lado mío. Yo no paraba de sonreír, esa chica era mía y yo de ella, no me interesaba quien estuvo antes, era yo la que estaba con ella, era la afortunada











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