Dama Serpiente ( Iguro x OC)

Lo que el esconde

"Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos"

Nicolás Maquiavelo

2 Días después

Desde la primera discusión, no ha vuelto a ponerle un dedo encima. La aurora daba comienzo a la mañana, escondida en el guardaropa, Satsue se sentia cómoda, pero por otra parte cuando salió del mueble que tras su puerta era seguridad, frente a el se iba toda tranquilidad.

- Iguro-san, ya es de mañana- Hablo de cuclillas atras de el- Iguro-san, hoy tiene una misión- Queria picarle y no se atrevió ni a rozarle el pijama.

Por que ese hombre activaba un sentimiento del que no era consciente.

-"¿Porque me cuesta tanto?"- Se levanto y salió a paso lento de la habitación, no abrió las ventanas, lo dejo con la tenue luz que invadía su morada.

Cuando la puerta aviso con un crujido su salida, el se levanto.

- Kaburamaru, no se como hablar con ella de nuevo, ni puedo tocarla sin distinguir que es un juego- La serpiente siseaba escuchándolo atentamente- Espero que el trabajo me mantenga lejos de ella.

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Pasaron la mañana sin dirigirse la palabra, se estaba volviendo costumbre, entre salidas y encerradas de cuarto, no costaba aislarse lo que era complicado era volver a hablar.

El pelinegro preparaba el almuerzo, no queria lidiar con comidas quemadas ni saladas. Tenia todo listo y la puerta de la cocina se deslizo.

- Buenas tardes!- Ella escondió su asombro tras las lunas de sus lentes y saludo con forzada naturalidad- Traje víveres para cocinar.

Iguro apago la cocina y se dirigió hacia la puerta.

- Espera! Que hice para que se ofendiera tanto conmigo?- Hablo a una distancia prudente, esperando una respuesta, el la ignoro y busco un plato para servir su almuerzo- Pretende ignorarme por el resto de nuestras vidas?- Puso su mano sobre la de el, producto del impulso y provoco que el entre en nervios.

El plato cayo al suelo, fue ruidoso y quedo reducido a pedazos. Cuando ella levanto la mirada el no estaba.

La puerta no fue cruzada, reviso debajo de la mesa y no lo encontró. Las cortinas flameaban y ella busco otra vajilla para llevarle su comida.

- Iguro-san reaccionas como niño- Dijo entre murmullos que pudo escuchar perfectamente.

- Es tu culpa, es tu maldita culpa- Su voz era sizeante, escondido en la rama del árbol, había huido por la ventana y era tan agil que salto hábilmente.

Lo busco por toda la casa y no lo hallo, su estomago emitía sonidos de hambre, decidió darle su espacio, mientras el pelinegro de un brinco regreso a la cocina a servirse rápidamente y comer en lo alto del árbol.

-Necesito estar solo- Señalo en dirección al cuarto de la mujer- Kaburamaru, no la necesitamos- La serpiente negó y el ladeo el rostro- Es la primera vez, que no estas de acuerdo conmigo- Bajo su vendaje para probar la comida y casi se atora cuando la mujer salió en dirección al jardín.

Cada quien comió por separado y ella rezo para tener paciencia. Bajo la sombra del árbol, agradeció por los alimentos y pedía a los Dioses que la ayudaran a entenderlo.