Pug-Ugly

‹‹ CAPÍTULO 5 ››

—Y eso es todo por hoy en nuestro segmento musical, DK on air se despide hasta nuestra próxima emisión. No sin antes, dar la frase motivadora para el fin de semana:

"Un mal momento nunca dura para siempre. Trabaja duro y saldrás de esta pronto".

—DK fuera— fue lo último que se pudo oír por la radio antes de que Seungmin la apagara.

"Ojalá tenga razón", repitió para sí en el interior de su mente.

El chico guardó su celular en el bolsillo una vez más, guardando también sus auriculares para terminar de barrer cómodamente y reorganizar todas las sillas que movió antes. Dos días habían pasado desde la cadena de desastres de los juegos interactivos. Y no solo fue lo suficientemente escandaloso como para salir en las noticias locales y en el periódico estudiantil, sino que también habían colmado la paciencia del subdirector y supervisor de pasillos del instituto. Oichi Tashimura, conocido entre alumnos como "El Dictador Samurái". ¿Por qué creen que le llaman así en primer lugar?

¿Quizás porque es un japonés criado en Corea y es terriblemente estricto en lo que hace?

Sí, y también por ponerle castigos muy exagerados a los estudiantes por tonterías.

Querría decirles que este es el caso de Seungmin; luego de todo el ajetreo que provocó su increíblemente desastrosa carrera de sacos, era sensato pensar que tendría un castigo digno del Dictador Samurái. Pero, por suerte o por desgracia, aun luego de que él alegó ser el culpable de todo, y que tomaría los castigos que fueran necesarios, no fue así. Gracias a que su sunbae Lee Minho hizo lo que pudo para intentar ayudarle a alivianar el castigo, por mucho que sus palabras fueran tan inútiles como tirarle un vaso de agua encima a un pez muerto.

¿Alguna vez habían visto a un chico de 3ro de Preparatoria rogando de rodillas? Porque Seungmin sí, y la verdad no fue muy agradable de presenciar. ¿Por qué Lee haría algo así por él cuando ni siquiera se lo había pedido? He ahí la parte de "por desgracia" que mencioné antes.

De eso, y que al final su castigo se decidió que sería limpiar el auditorio exterior del instituto por el resto de la semana...

... Incluyendo el fin de semana...

Yep, ojalá el narrador de la emisora de radio tenga muucha razón. Toda la razón de hecho... porque aun así necesitaría de mucho esfuerzo para salir de esta pronto.

El chico de cabellera castaña caminó a la salida luego de acomodar todo lo que utilizó para limpiar. Más allá de que era un poco más tarde de lo usual nada salía de lo habitual en su solitaria vuelta a casa. Personas saliendo a rebosar de las puertas; algunos trotan ágilmente en dirección a los suburbios, otros se quedan a charlar entre ellos, chicas yéndose a casa junto con sus novios, chicos juntándose en rincones apartados para fumar a gusto, otros se agrupan en montones solo para torturar a alguna alma inocente. Lo típico, vaya.

Pero había algo que todos tenían en común para Seungmin, algo que hacía que los agrupara en una misma pila de descarte a la que jamás se dignaría a acercarse ni aun en sus días más audaces. Todos le evocaban ese sentimiento de repulsión que le repele, ese miedo perpetuo a lo que pueda salir mal si está con personas, toda esa gente que a sus ojos tiene un cartel gigantesco sobre sus cabezas que dice "No aceptamos ineptos".