Trago amargo

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Un mes ha pasado y ya Santiago y yo estamos otra vez juntos, le bailo los viernes,pero no es como antes ahora no solo nos vemos los sábados sino todos los días, y también han habido días en que se ha quedado en mi departamento y por supuesto yo en el suyo; no llevamos bien, tenemos una conexión increíble.

Luna está mucho mejor alegro tanto por ella dice que me viene a visitar el fin de semana esperemos que si.

Después de tanto tiempo puedo decir que estoy feliz es un proceso en el que Santiago ha ayudado mucho.

Con el paso del tiempo me he dado de cuenta de algo y es que estoy enamorada de Santiago,¡Oh dios!, De solo admitirlo me da escalofrío.

Parece que le envío un mensaje mental porque me llega un mensaje de el.

Hola hoy no,nos podemos ver, te aviso cuando podamos.

Al leer el mensaje un destello de desilusión ilumina mi mirada, ¿Por qué es tan frío? ¿Qué le hice?, Usualmente el problema siempre soy yo.

Otro mensaje llega y mi corazón salta con la esperanza que sea el, pero no es el número desconocido de siempre tenía ya un tiempo sin mandarme mensajes:

¿Viste? Eres una ingenua mi Nati, pero eso estoy yo para quitarte la venda de los ojos. Ve a las 11:30 pm, para el hotel   Secret, sino sabes dónde queda solo pregunta por el hotel más lujoso y conocido de la cuidad... Hay es donde te espera la verdad. Solo confía en mí.

No sé porque le creo, algo dentro de mi dice que lo haga,pero la otra parte de mi dice que no.

Otro de mis impulsos, así que camino a mi habitación para así poder arreglarme.

                     (...)

Me veo otra vez en el espejo pensando que esto es una locura,pero ya no hay vuelta atrás puesto que me arregle mucho como para arrepentirme. Me puse un vestido negro largo que hace ver la mitad de mi espalda además de estar ceñido a mi cuerpo resalta mis curvas, me puse unos tacones negros,me máquille y me puse los labios rojos pasión, obviamente combinando, y por último me peine con el cabello recogido con dos mechones que resaltan en mi cara. ¡Estoy muy bonita!

Me veo por última vez para así emprender mi camino al hotel más caro de la cuidad.

Cuando llego veo que hay un evento muy importante. Todo es de color rojo con negro y hay meseros por todos lados entregando champagne, se ve que abunda el dinero es este lugar me siento incómoda y fuera de si, gracias a Dios que me viste elegante y estoy presentable.

Veo a una chica con cara de altanera y creída pero de igual manera ¡Quiero saber qué es el invento tan importante!

—Ehh chica me puede decir ¿de que se trata el evento?—Le digo con algo de pena.

—Pues aún no se sabe,pero si es que de alguien muy importante y millonario es...

No puede decir nada más porque una ola de aplausos inunda la sala. Me acerco a ver de qué se trata cuando veo abro los ojos como platos Estoy en shock.

Es Santiago...

Veo que el desconocido tiene razón, al recordar lo que decía el mensaje "Hoy te espera la verdad" ¿De que verdad está ha blando?

Una chica de ojos grises y cabello negro muy bella aparece al lado de Santiago.
Mi corazón late con desenfreno el todavía tiene esperanza que todo va a salir bien, pero mi menta me dice que no tan boba.

—Gracias a todas y todos por venir a este evento, quiero decirle que no fue fácil decidirme pero aquí estoy algo nervioso ¿Quién no lo estaría estando al lado del amor de su vida?—Habla Santiago.

Siento que mi corazón se me rompe poco a poco. Suelto un gran suspiro que solo que me dice que estoy enamorada de él.

—Amor gracias por estar conmigo te amo tanto,eres la luz que me guía en la oscuridad, la que me anima, la que me cuida. Le doy siempre gracias a Dios por tenerte en mi así que mi vida sabes que no soy bueno con las palabras así que mejor pasamos a lo hechos— Le dice Santiago y la chica de ojos grises asiente.

Santiago se arrodilla y le pregunta:

—Te quieres casar conmigo, prometo que seré el hombre más feliz si me dices que sí— Le muestra un anillo de diamante hermoso.

—¡Siiii!—Le grita ella

Mi máscara de hielo me impide llorar pero vaya que quiero hacerlo, Por eso estaba tan frío, hoy es viernes me tocaba bailarle el desconocido tenía razón soy una ingenua por un momento creí que Santiago sentía algo por mi, que me quería ya veo que todo ¡fué una maldita mentira! Me usó y jugó conmigo ¡Vaya eso sí que no me lo esperaba! Ese es el trago amargo del amor, más si soy yo Natalia Gómez, tengo mala suerte, siempre la he tenido la felicidad no es lo mío.

Después que todo el mundo felicitó a Santiago y a su prometida se dan un beso ya no aguanto y más y busco la manera de salir.

Casi corro pero soy Natalia así que tropiezo con un mesero haciendo que todo se le caiga al piso.

Estoy aturdida todas las miradas caen en mi eso es que lo que hace que lágrimas caigan por mi cara, camino con la mirada baja no quiero ni ayudar al mesero ¡Demonios quiero salir de aquí!

Me atrevo a levantar a levantar la mirada pero grave error porque se consigue con la de Santiago, el me mira con destello de preocupación en sus ojos, pero no le creo es un ¡Maldito mentiroso!

Lo odio tanto se que aparte del contrato no teníamos nada pero de verdad creía que eramos esos que se querían pero no tenían etiqueta ¡Vaya de verdad que sí fui ingenua!

Cuando salgo me permito agarrar un poco de aire y ha llorar un poco, ya está mi hielo lo derritió, me enamoró y también me rompió mi corazon.

Duele me duele mucho, ¿por qué? No le costaba nada hablarme claro decirme que lo nuestro era puro sexo.

—¡Natalia!—Exclama ¿Santiago?

Me limpió la cara no me gusta que piense que me hirió, de igual manera lo enfrento con la frente en alto.

—¿Qué?—Le trato de contestar secamente pero mi voz sale algo rota.

—Necesito explicarte ¡por favor!— Me dice y en sus ojos se ve las tristeza ¡Que buen actor me salió!

—¡Que! mierda me vas a explicar que eres un ¡Maldito mentiroso! ¡Qué montaste un teatro y me lo creí! Soy tu maldito juguete, no era tu maldito juguete, y te juro que encontraré la manera de romper el contrato.

—Nati—Me intenta decir pero le alzó la mano indicándome que se calle.

Cómo veo que me hace caso, intento parar un taxi que gracias a dios está en la carretera. Me monto en el sin mirar atrás de hecho dejando a Santiago atrás.

—¿Ha donde va señorita—Me pregunta el taxista.

—Al bar más cercano por favor

Necesito un buen trago.

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