3

874 62 10
                                    

"Tomioka-san, ¿por qué no quisiste ver un poco más el atardecer? Tal vez el atardecer sí te pueda querer al menos un poco" soltó así, sin más. He de decir que no me disgustó del todo ese comentario.

Con una sonrisa sarcástica le dirigí la mirada a la pelinegra. No sabía bien qué era lo que me molestaba en ella, pero su presencia emanaba tanta calidez en mi pecho que me sentía asfixiado.
Recuerdo haber tenido una conversación con Mitsuri-san al respecto.

"Quizás, esa calidez que sientes sea amor" soltó en un tono de emoción, ilusionándose con el hecho de que tal vez el amor exista entre pilares.
"No lo creo, quizás es porque su presencia me molesta a grandes escalas" hablé mientras dirigía mi mirada en el bello atardecer.

Algo en mí, quería borrar permanentemente ese recuerdo, me niego a pensar en cosas así siendo un cazademonios, y muchísimo más si a quien me refiero es Shinobu-san.

— Quizás, tengas razón, Shinobu-san. Quizás el atardecer sea el único que me quiere, pero mi deber es matar a todo demonio que se me cruce, ya tendré tiempo para observarlo. –la contraria se mostró sorprendida, puesto a que era la primera vez en años que le doy la razón.

Una vez la noche cayó por completo sobre nuestras cabezas, pude sentir cómo poco a poco ese calor en mi pecho crecía más y más. Mis latidos se aceleraban y mis mejillas comenzaban a acalorarse.
Al mirar a la contraria, pude percatarme de cómo evitaba mi mirada casi obligatoriamente.

Sin duda alguna, me sentía enamorado.

— Creo que este es el poder del demonio que nos han comentado, Shino. –al llamarla por un apodo cariñoso pude sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Este no era yo, y definitivamente la contraria lo estaba comenzando a notar.

Nótese mi sarcasmo - GiyuShinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora