Recuerdos fugaces
Te extrañoPostrado frente a una tumba en la colina, con su casco a un lado y con su puño derecho tocando su frente con la zona de los nudillos, un caballero oscuro volvía a lamentar la perdida de su amada.
Siempre le gusto la soledad de esa colina, no tenía que lidiar con la presencia de ningún extraño ni por nadie más, solamente podía quedarse mirando el paisaje por horas en completo silencio y Soledad. No era algo malo, no para él, pero aun así no pudo evitar al levantar la mirada y observar aquel paisaje, recordar el día en que la conoció.
Todo comenzó con una pregunta tan tonta. "¿Por qué estas aquí solo?" Fue lo que ella le pregunto al caballero oscuro. Con la negatividad de su alma y su rabia interna, le dijo que se fuera, que no era bienvenida en sus tierras. Ella solo se rió, para pararse un poco más cerca, justo donde en un futuro sería su tumba.
Una molestia más. Pensó en acabar todo el problema al momento, levantando su espada y dando por sentado que su cabeza habría volado, pero no solo había sido esquivado, sino que la chica no mostraba asombro ni miedo, solo se reia se él por ser demasiado lento. No solo encendió más su rabia, sino que hirió su orgullo, por lo que en la siguiente media hora trato de matarla sin parar, pero no era capaz de tocarla.
Termino agotado tras tanto movimiento infructifero, aunque la joven también se habia cansado un poco, por lo que entre risas y una despedida se iba, diciendole en el proceso "Nos vemos mañana"
Él tenía la esperanza de que no volviera. Queria que su lugar de paz se mantuviera así, como un lugar de calma y paz absoluta, pero como ella había dicho, apareció al día siguiente. Era irritante, pero aunque lo intentara no podía darle un golpe, por lo que decidio ignorarla hasta que se fuera por aburrimiento. Seguramente era una pueblerina que no tenia nada mejor que hacer que molestar al asesino de la colina.
Tantas preguntas eran las que hacia la chica que incluso sentía que sus orejas se iban a caer de tanto parloteo sin siquiera haberle respondido una sola vez. Cuando penso que la había conseguido alejar, solamente se llevo la sorpresa de que, mientras estaba sentado con los ojos cerrados, orientado al paisaje, ella le habría quitado el casco.
-"¡Lo sabía! ¡Tienes el cabello blanco!"-
No pudo evitar abrir los ojos de golpe y levantarse molesto, apunto de gritarle y acabar con ella a como de lugar, pero al voltearse y ver el rostro de esa chixa reirse, divirtiéndose y mostrandole un rostro alegre, algo que en tantos años jamas habia visto, provocó en él una pequeña sensación que le impidió hacerle nada. Solo le quito el casco de las manos a la fuerza y se lo volvio a colocar, advirtiéndole que jamas volviera a hacer eso.
Día tras día la presencia de esa chica marcó su dia, un cambio a su rutina que jamas habia esperado, pero que antes de darse cuenta, ya se habia acostumbrado a ella. Su risa, su vitalidad, su parloteo infinito, se habia acostumbrado a todo eso y, en el fondo, pensaba que eso era mucho más agradable que estar todo el día en silencio y mirando a un paisaje inmovil. Escuchar a esa risueña chica y observarla tan vivida era mejor que cualquier paisaje.
Como olvidar todas esas veces cuando comenzaron a pasear por el bosque, cuando demostro su magia para protegerla de un lobo gigante, cuando se interpuso entre las piedras arrojadas a ella por estar tanto tiempo con un asesino de su pueblo, cuando la recibio en su casa, cuando ella lleno de color su apagada vida, cuando esa casa se volvio un hogar, cuando se declararon mutuamente, cuando intentaron, cuando lo hizo reir por primera vez de forma honesta cuando...
Las lagrimas del caballero caian sin parar. Aquellos fugaces recuerdos de su vida con la mujer que alguna vez amó hacian que su corazón sufriera y se maldijera a si mismo por haber fallado en protegerla, por su culpa ella estaba muerta, no podia perdornarse por ser la causa de su muerte. Y aun con el cadaver frente a él, jamas podra revivirla por petición de ella, que en una conversación que él disfrazó de hipotética, supo cual era su postura ante la muerte.
Con lagrimas en los ojos y tratando de levantar la sonrisa que tanto tiempo le costo construir a esa chica, miraba la tumba de su amada esposa y no podía evitar recordar aquel tiempo en el que dejo de odiar, dejo de vivir amargado y pudo ser feliz con una mujer más que increíble.
-Rose...te extraño tanto...-
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Relatos
FantasyOne shots, historias que comienzan y terminan en el mismo capitulo. No tienen continuidad definida, pero eso no significa que no tengan relación.