Prefacio

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Era un día de calor, pues la primavera había llegado, y con ello traía las mejores flores, los cantos de las aves,
los pastos más verdes, y el amor tan cerca.
No se puede esperar menos de Deméter, la diosa de la primavera. Pues estuvo practicando con las ninfas una
flor que cambia de color si dos personas están enamoradas una de la otra. Para esto, le pidió a su hija
Perséfone que la mantuviera guardada hasta que llegara la siguiente primavera para poder llevarla al mundo
de los humanos.
Le explicó que esta flor se alimenta de música, ya que se dice que ésta es la que alimenta al amor. Así que
Perséfone tenía la tarea de llevar dicha flor al lugar donde la música siempre está presente, y qué major que al
festival de marzo por la llegada de la primavera.
Al llegar al festival, era inevitable para Perséfone las miradas de todos los del pueblo, pues su belleza les
causaba misterio por conocerla. Lo que provocó que ella se sintiera intimidada y su respiración comenzó a
acelerar por el miedo de ser rechazada.
A una distancia corta se encontraba Hades, dios del inframundo. Él no podia evitar ver a Perséfone que se
encontraba confundida y aterrada, así que sin dudarlo fué con ella y le preguntó: -¿Es tu primer festival?-
Perséfone volteó sorprendida y le respondió- Ya estuve en algunos, pero éste sin duda es diferente.
Hades tuvo intriga, pues comenzó a notar que en las orejas de Perséfone estaban creciendo unas pequeñas
ramas, así que preguntó: -¿te encuentras bien? Noto que te están brotando unas ramas- Ella sonrojada, le
responde- S,s,sí. Es que cuando tengo miedo, brotan de mí, ramas o crecen flores, ya sabes..mi madre es
Deméter.En ese momento, comienza la música, pero no cualquiera, era una música de violín. Una canción perfecta para los
enamorados del pueblo.
Al empezar la música, Perséfone nota que la planta que le dio su madre comienza a brillar. Hades giró su cabeza con
intriga y mira a Perséfone con curiosidad. Rápidamente ella lo toma de las manos y le pide que bailen.
Su idea terminó en un emotivo encuentro, sus cuerpos estaban tan juntos que se podía escuchar los latidos de su
corazón.
Todo iba tan bien hasta que a Perséfone le dio un calambre y tuvieron que salir del centro de la pista.
Tuvieron tan mala suerte que comenzó a llover, aunque se veía que para Perséfone no era algún mal, al contrario, lo
disfrutaba y Hades la acompañó a jugar bajo la Lluvia.
Sin dares cuenta, ambos se encontraban juntos, y al mirarse a los ojos, notaron algo diferente uno del otro..
Sellaron esa noche con un beso, y de fondo, se encontraba esa flor de amor, brillando tan fuerte como debería hacerlo.

Promesas al anochecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora