Prólogo

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Ella se fumaba el último cigarro de la cajetilla tirada en la cama. El humo salió de sus carnosos labios rojos directo al techo. La habitación no estaba totalmente oscura, luces rojas la alumbraban desde el cartel en una pared. "Brocken Souls" decía, quizás porque quiénes vivían allí las tenían o tal vez solo les gustaban aquellas palabras. En una mesita que se encontraba a la derecha de la cama circular un móvil parpadeaba sin parar aunque no sonaba. Llevaba algún tiempo ahí, ignorado y por supuesto que seguiría así. En el suelo un par de tacones negros estaban tirados y a unos metros de ellos un short de mezclilla y una sencilla camisa floreada desabotonada. El cuarto olía a porro, a marihuana, a alcohol, a sexo… La rubia apoyó su antebrazo en las sábanas blancas que cubrían el colchón y miró a su acompañante con una sonrisa.
— ¿Sabes de qué tengo miedo? — preguntó y acomodó su cabello casi blanco detrás de una oreja para que no se interpusiera entre su mirada de ojos oscuros y la otra de ojos azules.
— ¿De qué?
— De aburrirme. — contestó y volvió a colocar el cigarrillo en su boca. Ya no le quedaba mucho.
— Hagamos algo divertido.  — sonrió con picardía. Con los dedos trazó una caricia por la mandíbula de la chica de cabello claro, pero cuando se dispuso a bajar a sus pechos se detuvo. Conocía cuando ella quería y cuando no. Los ojos negros respondían con negación. — Vale — hizo una pausa — ¿Entonces qué quieres?
— Hagamos algo que no hayamos hecho antes. — contestó la de ojos oscuros. — Algo que nos marque toda la vida
— ¿Estudiar? — comenzaron a reírse. Era obvio que nunca se dedicarían a eso. — ¿Un tatuaje de pareja?
— No, algo menos común. — negó de nuevo con esa mirada de cómplice que tan bien se le daba.
— ¿Qué sugieres?
— Matemos a alguien.

Silenciosa y Peligrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora