El rostro detrás de la máscara✅

CAPITULO 18

No sabía que responder tenía todas las miradas sobre mí y la risa burlona del director resonando en mi oído y por otro lado estaba Tomás mirándome con satisfacción, ya ha dicho cosas de mí ya debe estar contento pero que él me traicione ha sido muy doloroso para mí.

—¿Qué Cristina,no sabes que decir? ¿No sabes que mentira soltar para engañar a todos,a tus amigos,a tus compañeros e incluso a tu novio?—la cara de Tomás al decirme todo eso era increíble,tenía una expresión que no había visto en mi vida

—¿Sabes qué Tomás? Eres una basura porque cuando uno promete algo debe cumplirlo y tú prometiste que ibas a guardar esto conmigo,que jamás contarías nada y no cumpliste tu palabra. Siempre decías que un hombre debe cumplir su palabra por encima de todo ¿Qué pasa Tomás acaso no eres hombre?—todos empezaron a reír y yo me sorprendí ante la firmeza de mis palabras

—Escúchame bien Cristina—se acercó a mí para decirme algo al oído—no me parece bien que dudes de mi hombría precisamente tú—lo empujé con todas mis fuerzas

—Sabes que con esto estás hiriendo a terceras personas—le susurré también al oído y me separé

Al decirle eso la expresión de Tomás cambió por completo y yo sabía que era eso lo que iba a pasar. El policía dijo que consultaría todo esto con sus superiores para informarnos que iban a hacer con todos nosotros y advirtió que no podíamos salir de la ciudad.

Estaba estresada así que me fui al parque central y me senté ahí a pensar y claramente ponerme a procesar todo porque no termino de procesar algo y ya sucede algo nuevo. Ahí me sentía en paz,el aire que corría por ese parque era muy relajante. Pasaron dos horas y yo seguía ahí así que decidí irme a casa.

Iba caminando hacia mi casa e iba pensando en que todo últimamente ha sido malo todo desde hace dos años ha sido malo,me violan, asesino a Theo bueno eso no es malo,tengo una hija,la abandono,se muere mi padre,aparece un hacker queriendo enseñarle a todos mis secretos,la persona en la que más confiaba me traiciona ¿Qué más me puede pasar? Mi vida es un completo desastre

Al entrar a mi casa estaba mi madre parada en la mesa con mala cara la iba a saludar pero me interrumpió así que ya sabía por donde venía esto.

—¿Cuándo pensabas contarme?—su mal humor se le notaba por todos lados

—¿El qué?—puse mis cosas sobre la mesa y me senté frente a ella

—¿Como que el qué?—le hice un gesto de que seguía sin entender de qué me hablaba—por emplo cuándo pensabas contarme qué eres una asesina—ay no ya se enteró pero en dos horas que rápido,que me haya dicho así me dolió

—Perdona por interrumpirte pero ¿Sabes por qué hice lo que hice?—estaba realmente molesta

—Sí hija,ya sé que Theo te violó pero podías habérmelo dicho—bufé

—Mamá a ti nunca te han violado,no sabes cómo se siente,no sabes lo que es despertar cada día sintiéndote sucia,sintiendo que vas a ser rechazada por todos y dime mamá ¿Para que te iba a decir? Para que me llevaras a un psicólogo que solo me diría que podría salir de eso ¿Pero sabes qué? Ya eso lo sé,pude salir de eso con la ayuda de mi papá,pude salir de todo sin necesidad de contarselo a nadie—mi mamá hizo un gesto el cual no sabría describir

—¿Crees que pudiste superar todo pero y tu hija? ¿Como era que tu padre sabía y nadie me había dicho nada? ¿Como es posible que hayan pasado tantas cosas con nuestra familia y yo sin enterarme? ¿ACASO SOY UNA ESTATUA? ¿POR QUÉ NADIE ME TOMA EN CUENTA? CRISTINAAA SOY TU MADREEE ENTIENDES TU MADREE—lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas

—Mamá dejé abandonada a mi hija porque en ese momento pensé que estaba igual de sucia que yo,pero después empecé a preocuparme por ella y nadie te dijo nada porque no queríamos que te preocuparas—la tristeza que tenía mi madre en ese mismo instante era clara y eso me rompía el corazón

—¿Quién es? ¿Quién es tu hija?—comenzó a secarse las lágrimas

—Patricia—mi madre se quedó pálida

—¿Y quien es el padre?

—Tomás—y justo ahí a mi mamá le empezó a faltar el aire

13 años después
—Cristina no debes continuar contando tu historia si no quieres,puedes continuar cuando te sientas mejor—me sugirió la psiquiatra

—Está bien doctora,ahora no me siento en condiciones de contar más nada—le fui sincera

—Bueno Cristina entonces te llevaré a tu habitación—se levantó de su silla—pero antes te pondré tu camisa de fuerza.