Epílogo

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Eran las seis con cuarenta y cinco minutos, suspire, hacía un calor trementedo, no me gustaba mucho el verano. 

—No te vayas a quedar dormida —susurro Emy en mi oreja, la miré sobresaltada. 
—Sólo estaba cerrando los ojos —dije con una pequeña sonrisa. 
—Ajá claro —me dijo, rodee los ojos, la miré y reí. Estaba en el instituto, faltaba igual dos horas para que salga, hoy habría una reunión de los profesores, por eso saldrían un poco más temprano, sólo un poco. Suspire, agarré mi cabello y me lo tiré hacía un lado de mi hombro, odiaba la sensación de que me estaba quemando con el calor. 
—¿Matt aún insiste? —me preguntó, me encogí de hombros. 
—No lo sé, no he hablado con él y realmente no quiero hacerlo —dije, Emy rió. 
—¡Por Dios!, todos quieren andar contigo —dijo ella con una mueca —reconozco que estoy celosa —dijo riendo, reí, sabía perfectamente que sólo estaba bromeando. De pronto escuché el celular de Emy sonar, cuando ella abrió los ojos como platos, me preocupe. 
—¿Qué pasa? —le pregunté. Ella me miró y sonrió. 
—Nada, sólo, me llegó un mensaje, de Edwin —dijo, la miré sorprendida, ¿Edwin?, ¿el ex de Emy?, Dios. 
—¿Qué dice?
—Quiere hablar conmigo, lo mandaré a la mierda —dijo, reí. Entonces ella comenzó a teclear con fácilidad en su teléfono, reí negando.
A las tres y media ya estaba caminando hacía mi casillero, había acabado la última clase del día y guardaría mis libros, lo hice, luego Emy llegó hacía mi, con una sonrisa de oreja a oreja, la miré raro, ella sólo me ignoro y empezamos a caminar hacía la salida. 
—Estás guapa —me dijo Emy, la miré sin entender. 
—¿Qué? 
—Sólo eso _______, no me hagas caso —dijo.
—Oka-y —dije haciendo sonar más largo la 'a'. 
Miré mi atuendo, era lo mismo de siempre, unos pantalones jeans, negros, con hoyos en las ridillas, unas converse azules, una remera un poco larga azul, una cadena que me regalo Lauren —okay, este es el momento que me sonrojo— unas tantas pulseras, de tela, y un anillo. Andaba con mi cabello liso completemante liso, largo, como siempre. 

Con Emy empezamos ir hacía afuera, todos aún estaban ahí hablando con su grupo de amigos, la mayoría se quedaba siempre como media hora. Miré hacía al frente sonriendo, entonces esa sonrisa cayó remplazado por una cara de sorpresa, total. 

Todo se puso en una escena lenta, donde todos voltean y sus caras quedan abiertas en 'o' como las películas, donde la chica más hermosa y sexy, pasa caminando con su mirada que derrite a todas y todos, claro, miles de veces quise estar en el lugar de la chica, y ahora estoy helada. 

Lauren viene caminando hacía mí. ¡Maldita sea!, me quería morir, sentía todas las miradas sobre nosotras, todos miraban boqueabierta, todos sorprendidos, ella caminaba con la mirada en alto, solamente mirandome, caminaba lento, pero a la vez rápido, con su estilo, comencé a temblar, Emy me dio un codazo suave, la miré, ella me sonrió. 

—Hola —me dijo cuando estuvo enfrende de mí, sonreí hacía ella, aún así lo nerviosa que estaba. Me mordí el labio inferior. 
—Hola —le dije con una sonrisa, que demostraba la felicidad. 
—¿Cómo estás? 
—Bien, ¿qué haces aquí? —pregunté con una sonrisa, mientras mis ojos brillaban viéndola, y las mariposas en el estomago me golpeaban fuertemente, Emy me dio un empujón más adelante, llegando mucho más cerca a ella. 
—Pues vine a buscarte y a pasar un rato contigo —me dijo, le sonreí.
—¿Por qué no me dijiste?
—Ocurrió de pronto —dijo con una sonrisa misteriosa en su rostro. Sonreí, me di vuelta hacía Emy, y ella sólo asintió, miró a Lauren y le sonrió para luego irse de ahí, la miré sorprendida.—¿vamos?­ —preguntó. Asentí, ella me dijo pasar primero, y ella siguió detrás de mi, había un silencio increíble, todos observándonos. 
Me abrió la puerta de su auto y entonces nos fuimos. Al mismo parque. 

Al camino hacía sentarnos nuevamente, fue en silencio, nadie hablaba, de verdad no esperaba verla, para nada. Pero estaba feliz. Nos sentamos en el césped y comenzamos hablar. De lo mismo de siempre. 

—¿De qué querías hablar realmente? —le dije después de treinta minutos de lo que estuvimos aquí.
—De nosotras —dijo, mi corazón dio un vuelco totalmente, mi vista se nubló, tenía una sensación increíble en todo mi cuerpo, ¿cómo ella me afectaba tanto?
—¿De-de nosotras? —dije nerviosa, ella asintió con una sonrisa ligera. —¿qué pasa con nosotras?
—Nada, a no ser que te extraño mucho —dijo ella, caminando rápidamente hacía al grano. En mi interior comencé a saltar de alegría, sonreí con una sonrisa tímida. 
—Yo también te extraño —sabía perfectamente que Lauren podía hablar sin pelos en la lengua y eso era lo que más me gustaba y a veces odiaba. 
—No lo sé, tus besos, tu tacto, tu sonrisa, tus ojos, tú y yo —dijo, abrí los ojos como platos, por tanta senciridad y por todo lo que dijo, sonreí, ella me extrañaba como novia. 
—Pero tú...
—Si lo sé —suspiro —Ha sido un infierno _______. —me sorprendí por sus palabras. —Pensé que podía superarte, de que podía olvidarte, después de todo lo que tú hacía, me hacía daño...
—Lo siento.
—Lo sé — ella me miró y levantó mi mentón acariciándola suavemente. De pronto, creció una increíble intimidad en nosotros, como antes, nuestras piernas, mientras estábamos sentados, una de las mías estaba en una de las suyas, y una de las suyas estaba en una de las mías, no estábamos sentados, al lado de la una, no, ella estaba sentada hacía el frente y yo hacía un lado, así y nuestras piernas estaban enredadas. 

—Te prometo que nunca más te decepcionaré —le dije, ella sonrió. —¡Me comporté como una *beep* psicopata, lo siento tanto —le dije, ella rió un poco.
—Se puede superar —me dijo susurrando, la miré atentamente. Ella agarró mis manos y comenzó hacerles cariño. Me estremecía con sentirla, realmente que si, sonreí. 
—No entiendo...
—Mmm...—dijo divertida.
—¿Qué?
—Lo que me haces...—dijo otra vez, pareciera que estuviera hablando con ella misma
—¿Hacerte qué?
—No poder olvidarte —dijo, una increíble nostalgia creció en mí.
—¿Lo quieres hacer?
Ella me miró con sus ojos verdes intenso, mi mirada cada vez se volvió más brillosa,ella se acercó, hasta estar centímetros de distancia de mi. Me puse nerviosa, muy nerviosa. 
—No —negó con la cabeza —no es fácil olvidar a alguien que fue tuya durante años —dice, me sonroje, bajando la cabeza.
—¿Ha si? —le dije, ella me miró y asintió sonriente. —Pensé que ya era tuya —dije refiriendome a su 'que fue tuya' y realmente no sé como tuve el valor de decírselo. Ella sonrió. 
—De todas formas, días, meses, años que pase, tú siempre serás mía —dijo, como si nada, abrí mi boca sorprendida. 
—¿Y si tengo un o una novia? —le dije. 
—Entonces me adelantaré —dijo rápidamente, como tomando esa posibilidad. 
—¿Qué?
—¿Lo tienes?
—No, pero...
—_______
—Uhju —hice un sonido con mi boca. 
—¿Quieres volver a ser mía? —abrí mis ojos como platos, ¡NO!, esperen, ¿¡oyeron!?, lo hicieron, mi corazón latió rápidamente, sin saber que hacer, sólo mirarla, mi estomago estaba casi explotando con tantas mariposas ahí adentro. Reí.
—Pensé que ya era tuya —dije divertida, ella río.
—¡Pero tenemos que hacerlo oficial! —dijo graciosa.
—Lauren, yo seré, siempre tuya —le dije, ella me miró y pude ver el brillo en sus ojos, asentí felizmente, mientras ella reía, tomó mi rostro entre sus manos.
—¿No más inseguridades? 
—Nop —dije graciosa.
—¿No más vigilaciones? —reí.
—No...
—¿Confiarías en mí?
—claro.
—¿Entrarías a mí universidad? —dijo, reí asentiendo alegremente.
—¿yo seré tuya siempre? —me sorprendí con su pregunta, la miré y acaricié su mejilla, sentí como se estremecía al sentirme, y cerró los ojos disfrutando de mi tacto, sonreí.
—Siempre...
—¿Lo prometes?
—Es lo que más quiero...—sentí como ella asintió, bajó la cabeza, luego volvió a levantarla. 
—En este momento, tengo unas terribles ganas de besarte —me dijo, sonreí, las lágrimas pinchaban en mis ojos, tratando de salir, estaba feliz, por fin, podría volver a ser feliz, está vez, todo había salido, bien, estaba feliz, contenta, la amaba tanto.
—Entonces, ¿qué esperas? —le pregunté, ella me miró y sonrió. Se acercó lentamente a mí, primero rozó mi nariz con la suya, sintiendo su respiración topandose con la mía. Sentí como su mano derecha estaba en mi mejilla y la otra en mi cintura, acercándome más a ella. Sonreí, sentí como ella también lo hizo. 
Entonces sucedió, me besó. 

Y sabía que este no era el último beso, después de todo lo que pasamos, este, sería el nuevo comienzo para nuestras vidas.




••• FIN •••

ORIGINAL:https://www.facebook.com/mrwalle.novelasdemiytu/media_set?set=a.1398243160421867.1073741842.100007085892468&type=3

Siempre seré tuya. (Lauren Jauregui Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora