3; Big problems.

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A penas pude cerrar los ojos la noche anterior, el solo hecho de pensar que habíamos perdido nueve gramos de drogas me mantenía despierta, agregando la fiesta en casa de chelle, lo que era malo pues hoy desperté con grandes bolsas bajo los ojos y parecía zombie, varias veces me regañaron en clase por no prestar atención y estar baboseando los libros que tenía sobre la mesa. Se suponía que hoy nos juntaríamos con los chicos en el parque, ya que a penas nos veíamos en la escuela, pues tomábamos clases separados, para poder hacer un plan y salvar las pelotas de sid.
Mi clase terminó y me dirigí hacia el comedor para almorzar, la última vez que vi a los chicos fue anoche luego de lanzarnos comida, por lo poco que supe se habían quedado dormidos en la casa de michelle y su madre hizo un alboroto hoy en la mañana por tener todo sucio, tuvieron que salir corriendo del lugar, agradezco haber pensado en irme a casa antes de eso, mi reputación frente a la mamá de mi mejor amiga seguía limpia, por el momento.

Estaba completamente concentrada en uno de mis libro cuando dé repente siento voces burlonas a mis espaldas, los chicos molestaban a sid desde la otra mesa porque tenía un beso marcado en su frente, yo negué con la cabeza, probablemente uno de ellos se lo hizo para reírse de él luego.

–hola cat.–sid se acercó a mi mesa y se sentó a mi lado somnoliento, estaba sola, por lo que agradecía su compañía.

–¿te sientas conmigo porque sabes que no te molestaré por eso? –lo señalé con mi tenedor mientras se me escapaba una risita.

El labial rosa de su frente era completamente notorio, no entendía como no se daba cuenta de que estaba ahí.

–claro, pero si sigues probablemente me vaya y consiga otra mesa.– bromea levantando su bandeja de la mesa mirándome con el ceño fruncido, lo tomo del brazo para que se pusiera nuevamente en la silla. Ambos reímos.

– tienes algo aquí .–me acerqué un poco para quitar un espagueti que colgaba de su cabello, al parecer no se había cambiado desde la fiesta.

Segundos después cassie se acercó a nosotros preguntando si se podía sentar, con una manzana en su mano, dijo que era su almuerzo, me parecía demasiado liviano para comerlo a esa hora, pero si a ella le sentaba bien, nadie le diría nada. Comenzamos a conversar sobre lo que había ocurrido en la mañana, efectivamente sid había venido directo de la casa de michelle, por eso estaba más sucio de lo normal, cass ordenó las papas fritas que tenía sobre el plato, al parecer le gustaba organizarla.

– ¿comerás eso? –sid señala la manzana que ahora estaba en la mesa.

– claro. Ahora estoy mejor, mucho mejor .–la rubia juega con la manzana lanzándola al aire con una sonrisa.

– ¿cómo lo haces?, tus padres deben notarlo .–pregunta el joven a mi lado mientras se lleva varias papas a la boca, yo los miro a ambos con atención.

– me agradan, así que voy a mostrárselo.

Tomó ambos platos de sid y los puso frente a ella, comenzó a cortar los pedazos de pescado mientras nos hablaba de cualquier cosa y agitaba el tenedor frente a nuestros ojos, dijo que era buena hablando, tenía razón pues no nos dimos cuenta que en ningún momento sus labios tocaron la comida, aunque si yo fuera su madre tendría cuidado con eso, perjudicaba su salud.

–pero cass, eso está mal.–dije mirándola preocupada, pero mi amigo fue mucho más imprudente.

–estoy mejor, en la clínica me dieron de alta esta mañana.

– creo que es un grave error.–le doy una patada a sid por debajo de la mesa, se queja mirándome con el ceño fruncido.

Creo que cass ya estaba lo suficientemente mal como para que sid le dijera esas cosas sobre su estado.

you R my everything -skinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora