Capitulo 1

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Hayley

Era el esperado día para todos. La graduación.

Para este día, decidí ponerme un vestido de media pierna, rojo, con una franja en un costado.

Sasha, tocó la puerta justo a la misma hora que habíamos
programado. A las 8:30.

- Buenos días amor. -Sasha empieza a pegar saltitos de alegría, supongo que provocados porque era por fin, el ultimo día de instituto.

- Estoy nerviosa... -dije mordisqueando mi galleta.

- ¡Nos vamos a graduar! -dijo abrazándome y tirándome en volandas, o al menos intentándolo.

Sasha, era mi mejor amiga. Esa castaña de ojos grises. Era un poco más bajita que yo, con lo que le dificultaba aún más, levantarme en brazos.

- A pasado todo muy rápido... -dije. Una lágrima estaba amenazando con salir de mis ojos.

Sasha, pasando olímpicamente de mi comentario, entro en mi cocina y saco unas cuantas galletas de la despensa. La misma que tenia en la boca, pero sin chocolate.

- Gracias. -dijo con la boca llena, mientras levantaba una mano en signo de agradecimiento.

Reí al ver su boca llena de galletas. Supongo que se metió todas de golpe por miedo a que se las sacara, o algo.

- Sasha, vamos a llegar tarde.

- Mierda. -metió de nuevo las galletas en la despensa y salió corriendo por la puerta.
Sin darse cuenta de que yo no había ni cogido mi bolso.

- ¡Espérame! -dije mientras cerraba con prisa la cerradura de mi casa.

Sasha, sacó las llaves de su bolso.
Lo que me recordó que debía de sacarme ya el carnet de conducir.
No quería depender de nadie y menos ahora que estaba a punto de entrar a la uni.

- Tengo que enviar mi solicitud para Columbia. -dije acordándome.

- ¿Aún no la has enviado? Como no te acepten... te mataré.

- Pues, con mis calificaciones... tampoco...

- No seas tan pesimista Hayley. Seguro que entrarás. O si no, en cualquier momento puedes venir a visitarme, o, yo a ti, quien sabe.

Sonreí.
Sasha era la mejor amiga que se puede tener.
Nuestras madres nacieron prácticamente juntas.
Así que, se podría decir que somos prácticamente hermanas, bueno, no de sangre.

Cuando tengo movidas, siempre está ahí para ayudarme. Siempre a sido la que me a apoyado en todo. Sin contar a mi hermano mayor, Paul. Que también estuvo a mi lado hasta que cumplió los 18, que se fue de Colorado para cumplir su sueño.

- ¿En que piensas? -pregunto mi amiga, separando por un milisegundo la mirada de la carretera.

- ¿Tu madre va a venir?

Asintió.

- Mamá, espero que llegue para cuando me nombren...

- Llegará.

Mi madre. Es una mujer especial para mi, y le tengo muchísima admiración.

Mi supuesto padre, la abandonó al saber que se había quedado embarazada, ya que, eran muy jóvenes, o al menos para su época.

Pero, la madre de Sasha, Emillie, siempre estuvo allí para ella cuando le necesitaba.

O eso me decía siempre a mi.

Después de un cuarto de hora más o menos, llegamos a nuestro destino.
El instituto que me había dado tantos buenos momentos durante mi adolescencia. Bueno, buenos y malos, claro.

Aquí, conocí a Liam. Un chico de pelo rubio y ojos del color de un tronco.
Me enamore. Fue como un amor a primera vista.
Estuvimos saliendo durante meses, pero no fue algo muy oficial que digamos.
Cortamos por lo sano. Los dos estábamos de acuerdo, ya no nos queríamos de la misma manera que la primera vez.

También conocí a mi mejor amigo. Jacob.
Nos conocimos en clase de arte.
Le manche sin querer una camiseta blanca, y me odio por ello durante días, hasta que nos conocimos realmente.
Congeniamos bastante bien.
El se había mudado hace poco a Colorado, y no tenía muchos amigos aquí.
Era bajito, hasta que pego un estirón brutal, que no le podía ni reconocer.

Y me enamore de nuevo. Su nombre era Oliver.

Este es más reciente.
Hace tres años, más o menos.
Era nuevo también en el instituto.
Pero por lo que parecía, ya conocía a bastante gente aquí.

Al principio, empezamos siendo solo compañeros. Me pidió un boli, y mis ojos casi se me salen de los párpados.
Creo que nunca veré a nadie tan guapo.
Tenía el pelo de color marrón, pero lo adornaban unas mechas de un color un poco más claras.
Sus ojos eran de color verde oliva, y su piel era morena.

- "¿Me puedes prestar un boli?"
Si, aun me acuerdo hasta de esas palabras que me dedicó con una cálida sonrisa.

Me quede en shock hasta que por fin reaccione y se lo presté.

Y comenzamos a salir, como amigos claro.
De echo, nunca llegó a saber los sentimientos que sentía hacia el. O eso creo.

Hasta que se mudó a otro estado y no lo volví a ver.

Exacto, nunca mas.

- Corre Hayley, que necesito ir al baño antes. -gritó mi amiga desde el otro lado de la puerta del copiloto, sacándome de mis pensamientos.

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