-...H-hola YoonGi, mañana es el cumpleaños de mi madre y... ¿Irás? M-me has evitado toda la semana y no contestas mis llamadas, ¿f-fue algo que hice? Si es así lo siento mucho... t-te extraño. Fin del mensaje.
Sollozó contra su mano, la voz de Jungkook, su preciosa voz, escuchándose débil y temblorosa, eso lo mataba porque la razón era él. Era cierto que Jungkook lo había tratado de contactar durante toda la semana pero lo había evitado lo mejor que podía, había pasado de estar en una nube de felicidad a estar abatido contra el suelo, YoonGi había dicho que lo acompañaría a enfrentar a su familia este sábado, pero ahora no estaba completamente seguro de poder hacerlo, después de la amenaza de la profesora Jung no se sentía seguro en arriesgar el trabajo de Jungkook, aunque le dolía más que nada que éste pensara que su distanciamiento sea debido a algo que haya hecho él, cuando de lo único que era culpable de que esté tan enamorado que ha dejado su casa desde la última vez que se vieron.
Lo extrañaba también, lo extrañaba muchísimo y no quería terminar las cosas con él, como hubiera deseado poner a Krystal en su lugar, hacerle saber que lo que pasaba entre ellos no era un simple juego, no como la historia que ella se crea con su Jungkook.
-Yoonie, JiMin está aquí -Avisó su madre del otro lado de la puerta, limpió sus lágrimas con rapidez y con un gorro de lana tapó su cabello desordenado.
Abrió la puerta de su habitación y fue recibido por la sonrisa filosa y encantadora de su mejor amigo , éste traía en sus manos cuatro hamburguesas y un pote de helado de choco vainilla, YoonGi se abrazó a éste.
-Eres mi salvación -Expresó con dramatismo mientras se aferraba a su sudadera.
-Eso lo sé, pero, ¿podrías dejarme? Tengo las manos llenas -Se quejó JiMin empujándolo, YoonGi lo ayudo con las bolsas observándolas con hambre.
Ambos se sentaron en la cama de YoonGi. -¡Pijamada! -Exclamó YoonGi con emoción, JiMin lo observó con una ceja levantada y río.
-Eres tan pasiva YoonGi, los hombres no hacemos esas cosas -Se río mientras desenvolvía una de las hamburguesas.
-Cállate, ambos somos hombres y tú te dejas someter por Nam -Acusó éste pegándole una gigantesca mordida a su hamburguesa doble carne.
-Bueno, tienes razón -Alegó con una sonrisa-. Ahora, ¿Qué demonios pasó con el profesor Jeon?
La expresión de pasajera feliz de YoonGi pronto cambio a una de tristeza al recordar el mensaje en su teléfono y las llamadas perdidas.
-T-tengo que terminar las cosas con él -Confesó mirando su hamburguesa-. P-pero no quiero Jimin, no quiero -Mordió su hamburguesa con desesperación sintiendo sus lágrimas acumularse-. Él es lo mejo que me pasó, es tan amabe y terno, de verdad lo quiero mucho.
JiMin río sin poder evitarlo y YoonGi lo miró de mala gana, mientras magullaba el montón de comida en su boca, su mejor amigo no paraba de reír, rodó los ojos con indignación.
-Que bueno que mi sufrimiento te cause gracia -Dejó de masticar para dramatizar su expresión, JiMin no dejo de reír.
-L-lo siento e-es que, te veías tan adorable c-comiendo mientras admitías tu amor imposible -Rió tratando de calmarse-. Oh, de verdad te gusta el profesor imposible.
YoonGi se sonrojo.
-S-si, de verdad me gusta -Admitió-. ¡Pero eso no importa, la profesora Jung nos vio juntos y arruinó todo! -Exclamó derrotado volviendo a morder su hamburguesa que casi llegaba a su fin, agradecidamente tenía otra.
-Espera, espera, ¿La profesora Jung los vio? ¿Cómo? -Preguntó frunciendo el entrecejo, YoonGi soltó una sonrisa nerviosa.
-Puede que jeje, le haya dado un jeje, beso en un jeje, café -Balbuceó tomando la otra hamburguesa sin ver a su amigo.
Pero pronto, JiMin le propinó un golpe en la cabeza.
-¡Zoquete! ¡Solo a ti se te ocurre hacer una muestra así con tu profesor!
-¡Pero que iba a saber yo que ella nos estaba viendo! -Se defendió sobando su cabeza, JiMin rodó los ojos.
-Tienes una terrible suerte -Reflexionó-. ¿No has hablado con él desde entonces? -YoonGi negó moviendo la cabeza.
-Lo he ignorado desde ese día, ¡Incluso me ha dejado millones de mensajes! -Alegó terminado de engullir la hamburguesa-. Me había pedido ir a la casa de su madre mañana.
JiMin subió las cejas sorprendido.
-¿En serio? ¿Tan rápido? -Cuestionó sacando el helado de la bolsa, afortunadamente había elegido el más congelado.
-Ese día él me dijo que no había hablado con su madre en ocho años, su familia lo repudia por ser homosexual, quería que fuéramos juntos y yo... quería ir, quería estar ahí para él -Murmuró tomando una cucharada del helado-. No quiero dejarlo solo Minnie, él es tan dulce, tan encantador, no merece ser tratado mal.
JiMin acarició la mejilla de su mejor amigo cuando las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, YoonGi se dejó reconfortar por éste apegándose al contacto de sus cálidas manos mientras sollozaba.
-Deberías ir Yoon... deberías quedarte junto a él -Suspiró JiMin con dulzura, YoonGi lo miró a través de sus ojos vidriosos con duda.
-¿T-tu crees? P-pero, ¿Qué hay de la profesora Jung? -Preguntó con tristeza, odiaba a esa mujer y su cara de inocencia.
JiMin bufó y besó su cabeza con una risita.
-Esa mujer obsesionada no lo sabrá -Aseguró JiMin-. Jungkook debe de estar preocupado por su cena de mañana y ahora aún más porque su noviecito ignora sus llamadas.
-¡Es cierto! ¿Cómo puedo hacerle esto? -Saltó de pronto YoonGi en busca de su teléfono, pero JiMin lo detuvo.
-Mejor dale una sorpresa apareciéndote en su casa mañana -Ideó con una amplia sonrisa-. ¡Vamos! ¡Quiero hacer la pijamada!
YoonGi río y se sentó en el suelo a ver la la land mientras comía helado y JiMin hablaba de la sonrisa preciosa de NamJoon.
Decir que se sentía nervioso era poco, estaba que se desmayaba. No sabía cómo Jungkook lo iba a recibir, lo más posible es que lo ignorase y era entendible, lo había ignorado toda la semana y ahora se aparecía frente su puerta, merecía ser sacado a patadas. Pero aún así, se encontraba frente a la puerta del apartamento del mayor muy tembloroso como para tocar, había visto su impecable reflejo un millón de veces y aún así se sentía inseguro de su imagen.
Levantó su puño múltiples veces con la intención de tocar, pero no lograba hacerlo, respiró profundamente y trato de relajarse pero de improviso la puerta frente a él se abrió haciéndole pegar un salto seguido de un gritillo, llevó una mano a su pecho y con las mejillas rojas observó a Jungkook, éste sin ningún rastro de querer salir, llevaba una pijama cómoda junto a unas pantuflas de conejo, su cabello que siempre se encontraba peinado ahora parecía un nudo, bajo sus preciosos ojos se notaban ojeras.
Aún así, YoonGi pensó que se veía hermoso.
-H-hola -Saludó con vergüenza, Jungkook se sonrojó y YoonGi quería lanzarse a sus brazos, realmente era un bebé gigante.
-Y-yoon, ¿Qué haces aquí? -Su voz rasposa y nerviosa, YoonGi sonrió sin saber que decir, ¿Cómo explicar porque lo había ignorado todos estos días?
-Vine a verte, yo... t-te extrañe -Admitió acercándose con pena-. Hoy es el cumpleaños de tu madre y te prometí ir.
Jungkook río desganado.
-No tienes por qué hacerlo -Musitó cabizbajo, YoonGi tomó su mano.
-Quiero hacerlo Jungkookie, por favor -Susurró sintiendo su pecho oprimirse por el tono de tristeza de Jungkook.
-¿Hice algo mal, YoonGi? -Preguntó encontrando sus ojos, su respiración se atascó en su garganta al ver los ojos cristalinos del mayor.
Se puso de puntillas y empujó el cuello del suéter de Jungkook para unir sus labios en un casto pero cálido beso.
-Nada, no me has hecho nada más que hacerme feliz -Suspiró.
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Profesor ;국기 [KookGi] ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ
FanficJungkook amaba ser el profesor odiado, hasta que llegó Min YoonGi rompiendo su reputación con sus perfectas notas y su jodido atractivo. La historia no me pertenece.