aunque no debimos;

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Tantas veces nos miramos el uno al otro sin necesidad de palabras, y ahora nuestras miradas solo pueden decirse cuánto lo lamentan.


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Lo hemos destruido todo con el simple roce de nuestras manos. Fue quizás una señal de que nunca debimos encontrarnos. Aún así tuvimos el atrevimiento de adentrarnos en un mundo desconocido.

No todo es para siempre, lo nuestro es solo una pequeña prueba de ello.

No debimos besarnos todos esos días de lluvia, ni abrazarnos bajo las sábanas cuando hacía frío.
No debimos conocernos porque la lluvia podía cesar en algún momento, igual que nosotros.



Cuando nos amamos y luego ya noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora