Por una parte tenemos a Jeraha, un león que nació un año después de la muerte de Mufasa durante la tiranía de Scar, cuando era un cachorro fue exiliado junto a su mamá y condenado a vivir en las afueras de Pridelands.
Por otra parte tenemos a Nguvu...
Era un amanecer tranquilo en Pridelands, el sol se levantaba en el reino bañándolo con los primeros rayos de luz del día, los pájaros cantaban, había un cielo azul y vibrante con escasez de nubes y el pasto verdoso.
Habían pasado 6 meses desde la caída del reinado de Scar, lleno de oscuridad, locura, destrucción y terror así como del ascenso de Simba al trono, esto último trajo de vuelta la paz y antigua gloria que se vivió en el reinado del fallecido rey Mufasa a las Tierras del Reino.
Ahora había llegado un nuevo heredero al trono de este maravilloso reino, Chaka, primogénito de Simba y Nala, los tres miembros de la Nueva Familia Real eran una familia feliz.
El pequeño cachorro de mechón café salió corriendo de la cueva de la Roca del Rey para poder contemplar el hermoso amanecer de su tierra natal.
Esas tierras no le pertenecen a nadie ¿Por qué? Bueno, resulta que esto es así debido a que siempre hay nuevos reyes que llegan, algunos mueren y así se cumple parte del Ciclo de la Vida o se quiebra.
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Chaka se sentó para así poder disfrutar del amanecer con más comodidad. Al joven príncipe le encantaba contemplar el amanecer en Pridelands, era uno de sus hobbies favoritos.
Él siempre se despertaba primero para hacer este tipo de cosas. Chaka veía con emoción el amanecer que mostraba cada vez más el resplandeciente sol salir en su tierra natal.
"Hoy será un gran día" pensó el cachorro de ojos verdes azuleados mientras mantenía su mirada fija hacia el reino
En la cueva de la Roca del Rey, los miembros de la manada estaban durmiendo incluyendo a los reyes Simba y Nala.
El rey de Pridelands abrió sus ojos, se levantó, se estiró y dio un bostezo. Miró a su alrededor y vio a toda la manada durmiendo, también vio a su pareja acostada en el suelo de la cueva.
Revisó si su hijo estaba en la cueva pero no encontró rastro de él.
"De seguro debe estar viendo el amanecer, esperaré a que Nala despierte e iré a saludarlo" pensó Simba para luego sentarse y esperar a que su pareja se despertara
Unos segundos después, Nala se despertó e hizo lo mismo que Simba, este último sonrió al ver que se despertaba.
—Buenos días cariño — saludo el hijo de Mufasa a su actual esposa
—Buenos días Simba — respondió la leona de ojos verdes azuleados para acercarse a su pareja y darle un lengüetazo en la mejilla
