02.

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Al día siguiente el coreano había llegado al lugar de siempre, oculto en las rocas y con sus ojos asomados fuera del mar con las olas chocando contra su melena negra y reflejos azules, su cola azul marino notoria entre el agua salada cristalina, ChanYeol notó un brillo extraño en su mirada y las pocas expresiones faciales que podía notar de SeHun, pero decidió ignorar tal hecho, él bien era misterio y ChanYeol nunca iba a terminar de conocer al tritón, el humano sólo le sonrió como siempre y se sentó en la roca de siempre. No obstante, miró su silueta delgada alejarse, alarmado decidió seguirlo nadando tras de él intentando alcanzarlo, pero el tritón iba más rápido sin importar cuánto llamase a su nombre como podía mientras nadaba.

No sabe cuánto lo siguió, pero sentía sus músculos cansándose, una sensación ardiente en ellos luego de estar moviendo sus brazos y piernas constantemente para nadar al ritmo de SeHun y no perderlo de vista.

Cuando este se detuvo, el de cabellera platinada también lo hizo jadeante, sus ojos achicándose mirando alrededor, estaban un poco alejados de la orilla, comenzaba a sentirse nervioso, pero decidió confiar en SeHun; una sonrisa sutil se asomó en sus labios esperando ser correspondido por el pelinegro, no fue así.

SeHun se colocó detrás de él, sus brazos rodeándolo del cuello pegando su rostro a los cabellos húmedos color plata de ChanYeol, el tritón dejó caer sus párpados y comenzó a entonar una dulce melodía con su voz, específicamente un canto, uno en idioma desconocido para el humano, mismo que quedó plenamente hipnotizado por la suave voz.

SeHun estaba seduciéndolo con su canto hasta que se sintió en otro mundo y pareciese haber caído inconsciente, aunque no del todo pues sintió ser sostenido por el de menor complexión y siendo llevado al fondo.

No tardó mucho en despertar alarmado debido al agua del lugar entrando por sus fosas nasales calando en su nariz. Si bien lo hizo desesperado debido a que el líquido comenzaba a inundar sus pulmones brindándole una sensación de ardor en los mismos, necesitaba respirar urgentemente con la desesperación en su sistema intentó nadar a la superficie con la energía que le quedaba viéndose impedido por el tritón.

Él luchó contra el tritón un buen rato bajo el mar un buen rato sin ganar la pelea, sabía bien que sus pocas energías le estaban resultando inútiles, el canto de SeHun ya no era un deleite, ahora parecía taladrar en su cabeza. Era perfectamente consciente de que el océano era el hábitat natural del contrario, fue cuestión de estar luchando por su vida con las pocas fuerzas que le quedaban unos minutos, entonces ChanYeol comenzó a rendirse, sus movimientos cada vez tornándose más débiles hasta que fueron nulos y su último jadeo le había abandonado bajo el agua dejando un par de burbujas escaparse debido a esto.

No había vuelta atrás, ChanYeol ahora era suyo, ninguna otra humana se lo quitaría. SeHun sostuvo con regocijo el rostro del humano mirando con detalle este, ahora con los ojos cerrados y sus labios rosados y pálidos entreabiertos, le dio un abrazo, esa demostración de afecto que ChanYeol le había enseñado a dar.

JiHyo, mientras tanto, en tierra buscaba con su mirada a ChanYeol, de nuevo con una toalla color azul marino en sus manos, el color favorito de su hermano mayor. Sin embargo, este no llegó, ella avanzó detrás de la roca donde él solía salir, no había ni rastro de él. Preocupada reportó su desaparición teniendo que soportar horribles 48 horas para que la búsqueda del primogénito de los Park comience.

Nada, no encontraron cuerpo, ni pertenencias, ni siquiera cosas que apuntasen a que intentó escapar de casa o registros de mudanza, vuelos, viajes, etcétera. La familia Park desde entonces se vio destrozada y casi vacía a la falta de ChanYeol.

cyaneus ✧ chanhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora