Capítulo 16

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Seguí comiendo mi helado asintiendo a todo lo que ella decía, no podía meterme más por alguna mentira de Emma.

—Dices que es hija de uno de tus patrocinadores, ¿de casualidad tienes patrocinadores alemanes? Porque ella tiene un lindo acento —continuó Lindsay.

Dejé de respirar por un momento y por poco estaba a punto de ahogarme.
Aún no tengo patrocinadores alemanes, pude haber dicho que solo era una amiga de la infancia.

«Eres pésima mintiendo, Roberts»

—Sí... son amigos de la familia desde hace muchos años —Contesté a su pregunta con otra mentira.— ¿Qué opinas de mi acento alemán?

—Dejé de escucharlo hace años, hablas como toda una nativa —me guiñó un ojo.

—Eso es lo que crees.

Hubo un extraño silencio mientras seguíamos caminando.

—Familia... —soltó Lindsay en un suspiro.

—Cierto, ¿cómo está tu familia?

—Mis padres están envejeciendo cada vez más y piensan dejarle el negocio a mi hermana menor. No sé si ella pueda con todo aunque se le ve muy animada —inhaló profundo.— Así que... después de esto no tendré nada.

—¿Como así? ¿No te dejarán a cargo de la tienda de batidos? Eso es injusto, tú eres la primogénita —Comencé a quejarme en voz alta. Lindsay trataba de calmarme, tampoco queríamos armar un escándalo por mi culpa.

—Tranquila, tienen toda la razón. Es apta para el negocio, se lleva bien con el personal, activa, líder... yo no soy ni la mitad de eso —hubo otro largo silencio un tanto incómodo por parte de ambas, acomodando nuestros pensamientos y dudando de que decir.— ¿Y qué hay de tu familia? ¿No piensas visitar a tu madre algún día?

Había olvidado por completo que aún tenía madre, o eso creo.

—No lo sé, Lindsay. Vive demasiado lejos con su familia, no me ha llamado, ni siquiera vino al funeral de mi padre —metí mis manos a los bolsillos y miré al cielo como si esperara que las respuestas me cayeran de ahí.

—Pero claro que si te ha llamado, solo que cortaste la línea de tu teléfono hace meses porque odiabas que te llamaran promocionándote paquetes de internet —Me dio un golpecito en el hombro y rodó los ojos.— Además, ella te avisó que no pudo asistir porque su vuelo se canceló.

—¿Y tú le crees? Está claro que ya no quiere saber de mí.

—Eso no lo puedes comprobar. Vamos, Annie, dale una oportunidad. Podrías presentarle a Andrew.

—Sería una buena idea —el hecho de pensar viajar a Alemania con Andrew para visitar a mi madre hacía que se me revolviera el estómago.— ¡Rayos! No he tenido contacto con él después de la pijamada.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Ese día me desperté demasiado tarde para ir a desayunar juntos, solo me disculpé y ya no volví a hablar con él —puse una mano en mi frente mostrando preocupación, sin embargo, Lindsay solo lo tomó a broma y comenzó a reírse como nunca.

—¿Lo dejaste plantado por levantarte tarde de una pijamada?

—No era cualquier pijamada, había alcohol entremedio.

—Tienes razón, yo me pasé del límite y desperté con tremenda resaca, no recuerdo ni la mitad de lo que sucedió anoche... pero si recuerdo el beso que le diste a Emma en el juego —cambió su risa a una nasal.

—No le veo lo gracioso —la fulminé con la mirada.

Si todas recordaban lo que pasó esa noche entonces mi dignidad estaría en la basura.

—¿Tienes planes para la próxima semana? —continué cambiando el tema.

—Estaré ocupada el lunes, Emma Schneider estará en vivo festejando su cumpleaños y no me lo quiero perder.

—¿Cómo? ¿El jueves es cumpleaños de la modelo? —acababa de enterarme, Emma nunca me dijo nada de que pronto era su cumpleaños.

Ahora que lo pienso... ¿Por qué tendría que decírmelo?

—Si, ¿no lo sabías?, oh cierto, tú ni siquiera la conoces —Se contestó a sí misma.

Si tan solo supiera que ahora su ídolo está viviendo conmigo.

—Claro que si, desde que la conocí en el evento me llamó la atención y quisiera saber más sobre ella.

Quizás pueda sacarle algo de información sobre Emma haciéndome pasar como una seguidora más.

—No sabía que también te gustaban las chicas —dijo Lindsay con una sonrisa pícara.

No tenía en mente que ella malinterpretara las cosas.

—Sabes muy bien que no me refiero a eso —me reí con ella.

—Bueno si necesitas saber algo de Emma solo pregúntame, estás hablando con su fan número uno. Aunque no creo que su información te sirva de algo en tu vida —se encogió de hombros.

—Tampoco está mal saber algo nuevo.

—Deberías saber lo básico. Emma Schneider; 26 años; modelo; criada en Heidelberg, Alemania; amante de los libros, la música y las cerezas.

—No entiendo su obsesión por las cerezas.

Desde que la conocí no ha hablado de otra cosa más que de sus cerezas adoradas.

—Es un misterio —dijo Lindsay con un tono terrorífico haciéndonos reír a ambas.

Ella observó mi cuello, analizando cada detalle, no me molestaba, ya que le tengo demasiada confianza, pero su mirada fija me incomoda.

—¿Qué tanto me miras? —pregunté nerviosa.

—Tu cicatriz... se está borrando.

—Claro, con el paso del tiempo mi piel se regeneró.

—De eso me doy cuenta pero ¿por qué tanto tiempo?

—La quemadura fue muy fuerte, es lógico que tarde más que cualquier otra herida.

—Es que ¿quién se quema con una vela en el cuello? —se burló Lindsay.

—Corrección, me quemaron, que es muy diferente —me señalé a mi misma.

—Qué injusticia.

Seguimos caminando hasta sentarnos en uno de los bancos del parque.

—Y... ¿Cómo te va en el amor? ¿Aún te gusta mi novio? —bromeé

—¡Cállate!, ya superé a Andrew... aunque si te descuidas te lo puedo quitar —me guiñó un ojo.

—Eso no pasará —me reí dándole un abrazo.

—Lo sé, ustedes se aman demasiado y yo soy solo una amiga... su mejor amiga.

La amistad de Lindsay es la más sincera, tolerante y comprensiva que he tenido.
Sin ella no soy nada.

—Tranquila, pronto encontrarás a alguien —la consola y le brindé una cálida sonrisa.

—Ahora terminé enamorándome de una modelo alemana famosa que no recuerda mi existencia —suspiró pesadamente.

—¿Cómo? ¿Te gusta Emma Schneider?

—¿En serio lo preguntas? Estoy loca por ella.

—Se nota... —obviamente ya lo sospechaba, pero que finalmente lo dijera me sorprendió.

Sentí un impulso destructivo por esa confesión, de solo imaginar Lindsay saliendo con Emma hacía que me hirviera la sangre.

¿Realmente estaré enamorada?
¿Y si Lindsay tiene razón?
Tal vez si me gustan las chicas también.

—Lindsay... ¿Qué dirías si yo saliera con una mujer?

CerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora