Capítulo 23

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Lunes. Esta vez logré despertar primero que Emma, traté de salir de la cama y escabullirme hacia la cocina sin que ella se despertara.

Hoy era un día muy especial y quería sorprenderla, había planeado darle un pequeño pastel de cereza al despertar por su cumpleaños.

Me preparé, tomé el pastel y me dirigí al cuarto.
Asomé mi cabeza y logré ver a Emma sentada en la cama viendo fijamente a la puerta.

—Estás despierta —dije algo sorprendida.

—No te sentí a mi lado.

—Oh, una disculpa, buenos días y de paso feliz cumpleaños —le di una cálida sonrisa y entré con el pastel cantando—. Zum Geburtstag viel Glück, zum Geburtstag viel Glück, zum Geburtstag liebe, Emma. Zum Geburtstag viel Glück.

Ella sonrió al escuchar la clásica canción de feliz cumpleaños en su lengua materna y tomó el pastel.

—Sabes quien soy, puedes decirme Gret —dijo al notar que usé su nombre artístico en la canción.

—Lo siento, Gret —era extraño, pero lindo al mismo tiempo llamarla por su verdadero nombre.

—¿Cómo te enteraste? —preguntó refiriéndose a su cumpleaños.

—Estuve investigando, ¿olvidaste que mi amiga es tu mayor fan?

—Cierto —ella tomó un momento para apreciar el pastel que tenía en manos—. Esto me trae muchos recuerdos sobre una pastelería en Alemania, es la principal razón por la que me gustan las cerezas.

—¡Ya no es más un misterio!

—Deseaba compartir uno de estos contigo algún día.

Al escucharla mis mejillas se ruborizaron y mi corazón latió rápidamente.
¿Pensaba en compartir un postre conmigo? ¡Que detalle más dulce!

—Pues hoy será el día, quiero que lo pruebes primero, anda —saqué mi teléfono, dispuesta a grabarla haciendo la acción.

—Bien, aquí vamos —tomó su pastel y le dio una mordida, su cara de felicidad era igual a la de una niña pequeña. Corté el video y lo reproduje —¿me lo envías?

—Por supuesto.

Pronto ella lo subió a sus redes sociales. Pasamos un rato compartiendo algo de su pastel, riéndonos de anécdotas de cumpleaños pasados y disfrutando el tiempo juntas.

—En un momento más estaré transmitiendo mi cumpleaños, ya sabes... —insinuó, yo asumí que quería privacidad.

—No te preocupes, seré como un fantasma —acepté rápidamente.

—De hecho, no estaría mal que estés conmigo, quisiera que el mundo te conozca.

—¿Olvidas a Lindsay? ¿Cómo se lo tomará cuando me vea?

—¿No crees que las amigas deben de dejar de ocultarse cosas?

Las palabras de Gretchen me hicieron reflexionar sobre mi amistad con Lindsay, ¿qué clase de mejor amiga soy si le oculto cosas importantes? Me decidí a contarle toda la verdad.

—Tienes razón, pero tendría que hablarle primero, calmar un poco las cosas.

—Te entiendo, toma tu tiempo, yo espero.

Llamé a Lindsay, pero no contestó, seguro seguía dormida, igual no quisiera aplazar mucho los planes de Gret.

Intenté de nuevo, unas cuantas veces más aún sin responder. Pronto sonó el timbre de la puerta, colgué y atendí.

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