No es vergüenza

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—Siento que me veo muy raro.

Genya se mira al espejo y arregla su pelo.

—Te ves bien.

Detrás de él su hermano mayor le da un golpe en la cabeza.

—No, estoy seguro que me veo raro.

—Tu siempre te ves raro.

Su hermana pequeña aparece pasando por la puerta del baño y se para a su lado.

Su pelo estaba todo desordenado y tenía cara de mucho sueño.

—¿Cuánto dormiste ayer?

Su otro hermano, el mayor llamado Sanemi mira entre enojado y risorio a su hermanita Teiko, que iba en secundaria.

—Eh... como cinco horas, ya ahora seguiré durmiendo...

—Hoy es viernes.

Teiko, con sus ojitos grises oscuros y llorosos mira a Sanemi, luego a Genya.

—¿Qué? No, no, hoy sábado ¿No?

Los ojitos de Teiko se humedecen aún más.

—Hoy es sábado, hoy es sábado. Aniki, no la hagas llorar.

Genya le da un codazo a su hermano mayor, quien solo ríe.

La menor suspira y luego le da una palmada en las nalgas al mayor.

—¡No me asustes!

El de pelo albino ríe y termina de cepillar sus dientes.

Luego de enjuagar su boca sonríe y asiente con su cabeza.

—Estaré en la casa de los Kocho hasta el almuerzo.

—¿No puedo ir?

Teiko, extrañamente muy animada pregunta.

—Mmm... podría pedirle a Tomioka que te lleve.

—¿Giyuu-nii me llevará? ¡Bien!

—Cualquier caso no le digas nada que lo moleste, ha estado muy extraño estos días.

—¡Sí, Nii-sama!

Sanemi le da un golpe amistoso a Genya en su hombro y luego abraza y da un beso en la cabeza a su hermanita.

—Cualquier problema me llaman.

—¡Sí!

—Bien.

Luego de despedirse, Sanemi abandona el baño y por consiguiente la casa.

Teiko se echa agua en la cara parpadea varias veces.

—Shinobu-nee es muy buena persona.

Genya frunce el ceño.

—¿Shinobu-san? Ella da miedo.

Teiko se voltea sobre sus talones y ríe.

—Quizás un poco. Termino mi tarea, me cambio y llamo a Giyuu-nii para que me lleve ¿Cuánto te tardarás con Kanata-san?

—No lo sé, no estoy seguro...

—Al menos has que pase una buena mañana, eh.

Teiko lo abraza y aprieta fuertemente.

—¡Que te vaya muy bien!

—Gracias.

Genya también la abraza y luego acaricia su cabeza, peinando levemente su desordenado pelo.

No es vergüenza - Genya x KanataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora