devil's eyes (la mirada asesina del enemigo traidor)

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─Miren lo que tenemos aquí... al par de tórtolos ─Sehun avanzó y se quedó de pie frente a Jimin, su cara reflejaba la pura satisfacción que sentía al verlo en ese estado, derrotado y siendo tratado como basura.─Jimin, el consentido de Haejin tirado como estiércol ¿Sí sabías que los anormales no son bienvenidos en nuestro reino, verdad? ─dijo, cruzando los brazos detrás de su espalda.

─¿Fuiste tú quien se lo dijo? ─preguntó el rubio descubriendo por fin a la persona que lo había pillado besándose con Jungkook ─Sehun, tú no eres esto, por favor, detenlos ─rogó viéndolo desde abajo, estaba apoyado en sus rodillas siendo retenido por el par de ángeles que Haejin dejó inicialmente en la habitación junto a él.

Sehun asintió.

─Correcto, no soy esto ─movió la cabeza dándole la razón; ─soy más que tú, alguien tenía que bajarte de la nube, mi querido amigo, algún día esa máscara tuya se iba a caer, pero bien... no estoy aquí para perder mi tiempo con charlas casuales ─Sehun tronó los dedos de su mano derecha y segundos después su puño bien formado impactó con fuerza contra el rostro de Jimin desestabilizándolo, luego hizo un ademán para que le levantaran el rostro y ver como un hilillo de sangre y saliva se deslizaba por las comisuras de Jimin ─, no es nada personal, pero esa me la debías ─sonrió ventajoso, al instante su sonrisa se deformó y sus ojos se despegaron de Jimin cuando un sonido en particular llamó su atención.

La voz rasposa de Jungkook.

─¡No lo toques! ─se escuchó a Jungkook gritarle provocando que Sehun se girara en su dirección.

Él mismo dió unos cuantos pasos hacia Jungkook quedando frente a frente y lo examinó por varios segundos antes de soltar una risa exagerada.

─Patético ─inclinado tomó la mandíbula de Jeon apretando fulminante ocasionándole un quejido lastimero ─cortesía de tu novio, tú irás primero, Jiminie ─advirtió sin soltar a Jungkook.

─¡S-suéltame! ¡No dejaré que le hagas daño! ─Jeon se movía frenético intentando apartar la mano de Sehun.

Sehun sonrió. ─Cuanto amor hay en el aire, es realmente inspirador ─se burló sarcástico. ─¿No se te cae la conciencia por hacerle esto a tu novio? Tú fuiste quien lo puso allí, míralo ─le sujetó más fuerte la mandíbula mientras Jimin solo lloraba rendido.

─M-mal... dito ─respondió entre dientes debido a la fuerza con la que Sehun apretaba su rostro y por el dolor que su cuerpo sentía al estar casi colgado de sus brazos en una posición dolorosa.

─Hagan su trabajo ─finalmente dijo y soltó a Jungkook, terminó por erguirse para contemplar cada detalle de la escena que se avecinaba, su plan estaba funcionando a la perfección y esta vez ni la privilegiada manta con la que siempre cubrían a Jimin podría detenerlo.

─Por favor, no, p-por favor ─el reflejo de un filo despiadado apareció frente a los ojos de Jimin junto a la imagen de Zico cargando con una enorme espada sin ningún pesar.

Era la envidia tratando de derrocar a la bondad.

Las alas de Zico se arrastraban engreídas por todo el suelo antes de ejecutar un rápido movimiento que lo dejó detrás de Jimin, justo frente a su espalda.

─Es muy aburrido que esas sean tus últimas palabras, bonito ─Zico pasó la mano por las alas del ángel y miró en dirección a Sehun que sonreía orgulloso de su cometido, luego miró a todos los demás ángeles que estaban en la habitación esperando la orden de actuar, y por último; a Jungkook que trataba a toda cabalidad escabullirse de aquellos brazos mientras gritaba cosas ininteligibles.

─Suficiente compasión por hoy, Zico, hazlo de una buena vez ─refutaba Sehun.

Segundos después, un grito desgarrador cargado de dolor puro escapó de la garganta de Jimin cuando el afilado filo de la espada cortó más de la mitad de una de sus alas, sintió como si ese mismo filo lo hubiese partido por la mitad arrancando su carne, revolviendo la sangre con su sudor y lágrimas.

A pesar de aquel dolor tan fuerte, su corazón se oprimió al ver a Jungkook frente a él observándolo sangrar y siendo roto a pedazos sin poder hacer nada.

¿En qué momento la mirada dulce de los ángeles había sido cambiada por los ojos del diablo?

Era una escena sumamente sádica que aquellos que consideraba su familia estuvieran atravesando su carne como si nada, como si fuese un simple trozo de carne putrefacto que merecía ser deshecho, como si fuese la mismísima nada frente a los ojos de un todo.

─S-señor... ¿Por q-qué me has abandonado? ─susurró Jimin con la poca fuerza que aún lo mantenía conciente.

─¡Ya déjenlo, no ha hecho nada! ─gritó Jungkook, pero le era imposible pelear contra cuatro ángeles y con Sehun que para ese entonces nuevamente sostenía su mandíbula con fuerza para que no se perdiera un solo detalle del sangriento espectáculo.

Ni siquiera podía ver bien, las lágrimas habían nublando tanto su vista que lo único distinguible eran los gritos agónicos de Jimin al ser cortado.

─Jungkook... ─su voz apenas podía salir, un dolor punzante en la cien le recordó que la ira de Dios es el castigo que reciben todos los desobedientes pecadores.

Cuando llegó el turno de su siguiente ala otro grito doloroso sonó por toda la habitación, otro corte limpio y perfecto lo lastimaba dando inicio a su verdadero castigo.

¿Si Dios quería tanto a sus hijos, por qué no hacía una excepción de su ira con él; si él siempre había sido una fiel oveja en su rebaño?

─No te preocupes, ahora van a estar a la par ─habló Hyeon, uno de los ángeles guardianes que sostenía a Jimin quien sonrió dejándolo caer estrepitosamente en el suelo, Jimin no hizo nada, solo atinó a darle una sonrisa de disculpas a Jungkook antes de perder la conciencia.

─¡¿Por qué hacen esto, qué le han hecho?! ─aunque pateara y forcejeara todo seguía siendo en vano, su fuerza era nada contra todos los brazos que lo sostenían.

Hyeon caminó hasta él y por fin Sehun soltó su rostro.

─Como dije ─retomó ─ van a estar a la par, porque ahora es tu turno, lástima que Jimin no va a poder disfrutarlo tanto como lo hiciste tú ─dicho eso, otro de ellos lo atacó por la espalda cortando casi de raíz una de sus alas.

Su voz se elevó en un fuerte grito que casi desgarra su garganta, fue tanto el dolor que sintió, que sus rodillas fallaron dejando su cuerpo a centímetros del suelo gracias a los ángeles que aguantaron su peso, él, que había sido un humano, sintió el dolor vivo en su propia carne.

Lo último que vio antes de que todo se volviera negro, fue la sonrisa altiva de Hyeon con su espada frente a él y unos brazos llevándose a Jimin.

Luego todo se apagó.

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⏰ Última actualización: Jan 12 ⏰

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