Dia 1- Por la tarde

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*Narra Alejandro*

¿Habré oído bien? No puede ser. Después de todo, yo también le gustaba a el?
Al parecer oí mal, pues el recogió sus cosas con total naturalidad y casi se va.

-Espera, Valiño! ¿Que dijiste? -Mi corazón latia con fuerza esperando que dijera "tú", como pensé que oí.
-... Tulipán, feliz, enano? Adiós. -Dijo eso y se fue. Parecía... Enojado.

No puede ser... Tulipán? que es? una broma? No... Debi volverme loco... Definitivamente era imposible que yo le gustase... además nosotros somos chicos! Incluso si es correspondido ¿quien aceptaría eso?

*Narra Valiño*

No puede ser... ese idiota no me oyó... y que quería? que me volviese a declarar? en serio, dos veces en un día. Lo siento, pero es imposible.
"Por lo menos hasta dentro de dos días no vuelvo a verle" pensé. Pero en realidad sabía que no dejaría de pensar en él.
Antes de ir a casa decidí ir al Eroski y comprar alguna cosa de chocolate. Nada mejor que el chocolate para olvidarle.
Decidí ir por el camino largo: cuanto mas tarde en llegar a casa, mejor. No podría estar sin hacer nada, pensaría demasiado en el. Duele
Entré y me dirigí al sitio de las galletas. Y cuando giré, lo vi. ¿En serio?
Allí estaba Alejandro, saltando para intentar llagar a un paquete de patatas.
A pesar de lo que pasó, me acerque a él. Le cogí el paquete que quería y se lo di. Parecía sorprendido. Al parecer no me había visto.

-Hola... -me dijo
-Hola. - La verdad, no me apetecía hablar. Y menos con el.
Hubo un silencio incomodo, y quise romperlo.
-Que, me dejas coger lo que vine a comprar o no? - El se apartó, sin responder. -Graaacias... -cogi lo primero que vi. -Bueno, adiós enano.
-Adios -El cogió algo mas y se fue, antes que yo. Yo le miraba preocupado ¿Que le pasaba? Estaba... Apagado.

Pagué e intenté alcanzarle, pero ya se había ido. Me di la vuelta y vi a Sara y María, unas compañeras de clase. Al parecer estaban con sus novios: Nash y Niall. Sentí envidia, pero decidí no molestar.

*Narra Alejandro*

No entiendo porque siquiera le salude, pero ahora duele mas. Paré de correr, ya que había empezado a correr nada mas me perdió de vista, para que no me alcanzara.
Mis padres vinieron a recogerme y en el trayecto hacia casa intente actuar como si estuviera bien. Funcionó, no lo notaron.

Llegue a casa y subí a mi cuarto a tirarme encima de mi cama. Para mantenerme entretenido miré mis Whatsapps.
Tenia 203 mensajes. Sofía me había enviado la mitad y me había bloqueado. No me sorprendió. Pero lo que si me sorprendió fue un mensaje al que respondí con un "Vale". Era de Valiño, decía:

                 "Quedamos mañana en Matogrande para hablar?
      Quiero decirte algo importante. Te espero a las 6. Ven si quieres."

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