Día 1- Por la mañana

129 8 0
                                    

*Narra Alejandro*
Llegaba tarde a clase, como usualmente pasada, pero no fui el único. Me encontré a Valiño aún subiendo las escaleras. Me miró con esos ojos tan... suyos y me sonrió como siempre. Esa sonrisa maliciosa que siempre me dirigía. Sólo a mí. ¿porque sólo a mi? ¿porque yo? ¿porque me tuve que enamorar de él? No entiendo.

-Que, enano, siempre tarde ¿Cuando llegará el día en que llegues pronto? - Dijo interrumpiendo mis pensamientos.

-Dejame - Respondí fríamente.

*Narra Javier Valiño*
Y ahí se fue corriendo y dejándome palabra en boca, como siempre. Ese pequeño siempre sabe hacerme quedar mal.
        Sonreí.
Para su altura, impone respeto, y esa voz... es mejor que cualquiera, aunque algunas veces resulta muy molesta ¿cuando me enamoré de él?
Llegué finalmente a clase y el ya estaba en su sitio. Me miró mientras entraba y me sonroje levemente, casi imperceptiblemente.

*Narra Alejandro*
Mierda. Mierda-mierda-mierda-mierda. ¿Se acaba de sonrojar o fue mi imaginación? Se vio tan lindo... Arg! ¿Que hago pensando eso? Debería atender... Maldicion!

*Narra Javier*
Varias veces le mire, pero el a mi no. Nunca. Ya lo sabia: seguramente no le guste.
Oye el ruido de la campana: cambio de clase. ¿Que tocaba ahora? inglés.
...Mierda, no lo traje.
Le pediré a el si se junta conmigo para compartir el libro.

-Eh, Alex, ¿A que compartes el libro conmigo? - Me arriesgué aun sabiendo que me iba a decir no.
-...C-Claro, porque no? - Me sorprendí. ¿Una hora compartiendo libro con EL? Esto no es sano... Oh, que lindo, lo dijo tartamudeando. Realmente es un enano idiota.

*Narra Alejandro*
M-Me acaba de pedir compartir libro. Dios. ¿Porque estoy tan feliz? ¿Se me habrá notado por mi tono de voz? Espero que no.
Empezó la clase, y como siempre, no callaba, pero me encanta verle. Eso es suficiente.

-Enano, ¿Y a ti quien te gusta? - le miré sorprendido. Preguntar eso... no pude evitar sonrojarme.
-N-Nadie!

*Narra Javier*
Se me rompió el corazón. Estaba claro que había alguien: cómo hablo, se sonrojó... Estaba claro

-¿¡Y a ti!? - me pregunto. Es un momento perfecto. Voy a declararme. Hoy y ahora después de tanto tiempo.
- A mi... - Vacile.  De repente sonó el timbre y todos empezaron a recoger y hablar en alto, pero nosotros no nos dejamos de mirar- .

ClassmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora