» Parte 2«

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Me despierto, gracias a la maldita canción que pone mi estúpido hermano Dayton, reviso mi reloj y... ¡Son las 6:30 de la mañana! ¡¿A quien jodidos se le ocurre despertarse a está hora para poner música?!

Odio que ponga su música a máximo volumen, no entiendo que paso con el, probablemente lo tiraron cuando era pequeño.

No logro comprender como le gusta esa clase de música, toda mi familia siempre ha preferido el rock o el metal, es como tener esa música en las venas. Mi bisabuelo era un gran admirador del género, y al parecer se fue heredando de generación en generación, hasta llegar a mi, la última creación que ha tenido la familia Boucher (hasta ahora).

Me levanto de mala gana, a gritarle en su cara para que calle su maldito escándalo.

-¿Cual es tu problema Brenda? Es una buena rola.

-¡¿Buena rola?! Eso no es una buena rola, no entiendo que paso contigo hermano, antes eras chévere.- Él muy desgraciado rodó los ojos, y yo, como toda una mujer hecha y derecha, le mostré mi hermoso dedo y le saque la lengua vilmente, indignado apagó el estéreo, esa es la manera de ganar una batalla con ese papanata.

Maldición, es lunes y despierto de mala gana, nadie quiere verme como estoy en este momento, así que tomo mis cosas para darme una ducha, pero resulta que mi otro hermano, Caedmon lo está usando. Si, aun sigo pensando como mis padres fueron tan originales en nuestros nombres, Dayton, el mayor con 25 años, Caedmon, el de en medio con 22 y al final yo, Brenda, la pequeña o enana como me decían de "cariño". La idea fue de mamá, la extraño tanto, después de que estuviera durante 30 meses en coma, los doctores no le dieron esperanza alguna, cada domingo le llevamos margaritas y petunias a si lugar de descanso eterno.

Mi padre, pues el no tiene mucho que contar, tras la muerte de mi madre se derrumbo, si único consuelo era cuidarnos, pero cuando nos volvimos más grandes, si único refugio era el trabajo, y su aeronovia Sandra, al principio mis hermanos y yo la veíamos como una arpía chupa sangre, pero después de algunos meses de convivir con ella vinos que no era tan mala (hasta ahora). No nos negamos a la relación, ya que sabíamos que eso ayudaría a superar lo de mamá, pero el problema es que nunca estaba en casa, su trabajo de piloto de una gran e importante línea de vuelos nos impedía verlo muy seguido, así que únicamente somos Dayton, Caedmon y yo.

Caedmon me trae a la universidad en su Jeep Cheerokee azul, llegamos media hora antes gracias Dayton, me despido de él y me hace prometerle que nos veremos en el almuerzo, como toda una exploradora le doy mi promesa, mientras el va en camino a su clase, yo me quedo 5 minutos más afuera, no me gusta entrar temprano al salón, ahí siempre se encontraba el dúo de los hermanos Black, Luke y Simón, detestaba a esos chicos a más no poder, se creían bien buenos, los más divertidos, al principio eran entretenidos, pero después de un tiempo, empiezan a fastidiar, claramente a las chicas no les molestaba su carácter, obviamente, eran los más hermosos del las instalaciones, pero lo que las hacia enojar era la falta de atención hacia su persona, todas las chicas, excluyéndome a mi, habían tratado de establecer una conversación con alguno de los dos, pero como siempre, eran cortantes, fríos y si en dado caso las chicas eran muy insistentes eran groseros a más no poder.
Como buenos hermanos mayores me advirtieron que no me acercara a ellos por ningún motivo, obviamente como cualquier niñita con una mente inocente (aunque todos sabían que no era tan Santa como lo aparentaba) les pregunte el por que de la advertencia, me dijeron que tenían contactos que les habían hablado de ese par de ineptos, ellos eran muy agresivos, muchos piensan que se drogan, pero sinceramente me importa un carajo.

Lamentablemente la maestra Bety me encontró detrás de los casilleros y me llevo hasta mi clase, como era de esperarse enseñaba la materia que era la más odiada por los alumnos, o por lo menos de la gran mayoría, matemáticas, arrgg.

Me resigne a escapar, y seguí el paso de la miss.

Cuando llego al aula, por la suerte que me cargo, choque con algunas bancas de la parte de enfrente, y como era de esperarse atraje la atención de los compañeros, que convenientemente eran los Black, sentía sus ojos grises sobre mi, intenté aparentar que no había pasado nada, llegue a mi lugar y me puse a terminar la tarea, que el profesor de bioquímica nos había dejado. No me faltaba mucho para terminar, cuando sentí la respiración de alguien detrás de mi, esperaba que fuera alguno de los dos únicos alumnos que estaban, pero al voltear vi que era nada más ni nada menos que Alexander, me sentí aliviada, ese era uno de los muy pocos amigos varones que tenía, el fue el primer amigo en la secundaria, aunque técnicamente no era tan "masculino", era como mi otra mejor amiga, sip es exactamente lo que piensan, un recién salido del clóset, tenía sus pro y sus contras tener un amigo como el, podía ser como soy, sin tratar de parecerle linda o atractiva, podría hablar con el de los partidos, aunque no eran mucho de su interés, podía comentarle sobre mis problemas maritales sin recibir alguna crítica, ya que me entendía(de alguna extraña forma), pero lo único malo es que siempre que vemos a un chico guapo, se podría decir que nos "peleamos" por el, tristemente el siempre se los quedaba.

-¡Hola cariño! ¿Como has estado?

Sonreí, sintiéndome nuevamente bien después de la estrepitosa caída enfrente a los Black -No me quejo- suspiré, al parecer el sabía lo que me pasaba, de hecho sabía todo sobre mi, otra de las ventajas es que puedes hablar con el de tu vida.

-Lo siento mucho bebe, se que la extrañas, pero ya está en un lugar mejor- sentí sus brazos fornidos sobre mis hombros, y su boca en mi cabello.
Después de 5 minutos fueron llegando más alumnos, se fue llenando el aula y lamentablemente Alexander tuvo que retirarse a su lugar.

El profesor Kannap empezó a explicar, como era la primera hora, no preste mucha atención, me estaba durmiendo, hasta que empecé a sentir que alguien me observaba, me sentí incómoda, voltee y vi que Simón me miraba con extrañeza, cuando muestras miradas se encontraron volvió su atención al profesor, se me hizo extraño, pero lo ignore. Los Black tenían ciertos atributos que encantaban a las chicas, sus ojos, ya que la gran mayoría eran de color castaño, su pelo negro, grandes músculos, voz gruesa pero seductora (dicen las malas leguas) y para terminar, son gemelos, dos muy raros pero atractivos gemelos, teníamos muchas cosas en común, eso era raro, el gusto por el metal era muy escaso en estos tiempos, los videojuegos de pokemon, los cómics, películas de acción y terror, nada de amor,    era raro, aunque para mi no se me hacían gran cosa.

Gracias al cielo la campana sonó, lo cual indicaba el almuerzo, al fin vería a mis amigas, Ashley y Chealse, pero antes de eso pase a ver a Caedmon, por que si no lo hacia, le diría a Dayton y me esperaría en casa el regaño de mi vida (por quita o sexta vez) me saludo y su grupo de "amigos " se me quedaron viendo, los ignore y me fui a mi mesa. Salude a cada uno, inclusive a Alexander.
Me esperaba una gran ensalada con pollo, pero no pude comerla a gusto gracias a las caras y comentarios graciosos de Chealse, cada vez que introducía el tenedor a mi boca estaba a punto de ahogarme de la risa gracias a esa cabeza hueca.

Al fin, se acabaron las clases, Dios, no se como pude sobrevivir hoy, pero al fin termine, Caedmon me mando un mensaje diciéndome que tenía que irme sola, ya que vería a su novia Fanny, así que empecé a caminar hacia mi hogar.
Iba tranquilamente pasando por una intersección cuando un auto verde militar se detuvo enfrente mio, lo ignore y di vuelta a la izquierda, se quedo ahí, parado hasta que me separe de el unos 2 metros, volvió ha estar en marcha, estaba pensando en correr cuando la puerta se abrió. Dios ¡¿Por que me haces esto?!

»Three«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora