Capítulo 2

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Otonokizaka - 3:26 PM

Cuatro minutos para escapar del infierno...o no.

Refunfuñó con molestía haciendo garabatos sin sentido en su libreta, poniendo menos cero atención a las últimas explicaciones que estaba dando el profesor de- ah, ¿Que clase era esa? Bueno, al diablo.

Recordar que tenía ese estúpido castigo por culpa de esos idiotas la hacía sentir fastidiada, aún más el pensar en que no tenía un lugar a dónde ir después, ¡Y todavía más ver el jodido mono de limpieza que el conserje le había dado como cambio de ropa!

Su afilada mirada viajó discretamente por el salón hasta posarse en Nico, su pupitre estaba en una de las filas laterales, de última y considerablemente más lejos del resto.
Pero a Umi no le importaba eso, su mente se ocupó maldiciendo a la pobre pelinegra, ¡¿Por qué ella sí se pudo quedar con un uniforme deportivo?!

Bueno, es que solo quedaba ese y ni en un millón de años podría entrar en el, era demasiado pequeño. Al final la alfa bajita se lo quedó y Umi tuvo que conformarse con el espantoso uniforme caqui del conserje.

Un metro setenta y siete no podía ser para menos.

Le parecía gracioso que desde siempre se consideró pequeña y endeble en comparación de muchos otros alfas, lo cual la hacía sentir molesta, sin embargo ahora viendo al duendecillo de pelo negro se sentía bastante mejor.

Sonrió para sus adentros observando las extrañas expresiones y muecas de la menor al no entender algo.
Aunque no lo iba a decir en alto ni siquiera si el infierno se congelaba, había algo que le agradaba del "goblin". Por primera vez sentía la necesidad de acercarse a alguien en son de paz o incluso amistad.

El timbre sonó, sacándola de sus pensamientos. Cuando el profesor dio el visto bueno todos comenzaron a guardar sus cosas y a levantarse, notó por sobre los demás que Nico activó el turbo y prácticamente fue la primer en salir de ahí.

Con una buena idea en mente, Umi también pisó el acelerador y salió detrás de ella.

—¡Yazawa!

Casi que estaba corriendo, pero frenó y volteó al ser llamada. Umi pudo ver un destello temeroso en su rostro, el cual luego se borró rápidamente al darse cuenta que era la peliazul quien la detuvo.

Se sintió...extrañamente mal por eso.

Realmente no era la persona más moral y humanista del lugar. Desde que su padre murió y todo empezó a desmoronarse era como si sus sentidos se hubieran nublado o paralizado hasta que solo quedó la ira.

Precisamente por eso es que no ponía atención a lo que ocurría en su al rededor, y sin embargo la Yazawa logró que algo se le removiera con esa mirada desconfiada y asustada.

De vuelta a la realidad, Nico esbozó una pequeñísima sonrisa y dio un paso atrás cuando Umi terminó de acercarse, cosa que extrañó a la mayor, aunque no le dio más importancia (nota rápida: Umi es mayor solo por meses para que no se me vayan a confundir).

—Tengo un trato para ti— anunció cruzándose de brazos.

—¿Un...trato?— ladeó su cabeza y arrugó la nariz con confusión, un gesto ilegalmente adorable cabe destacar.

Umi asintió sonriendo, juraría que ha a sonreído más con Nico durante ese día que en los últimos dos años.

—¿No estás harta de que estos imbéciles te acosen?— preguntó haciendo alusión a lo ocurrido ese día.

La más baja agachó la cabeza y pareció pensar la pregunta detenidamente antes de afirmar con un leve asentimiento.

—Bueno, si aceptas mi trato, de ahora en adelante yo te protegeré y te enseñaré a defenderte— finalizó su sentencia con una gran sonrisa dientuda.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2021 ⏰

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