3.

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Volkacio y Pockys.

Volkov se encontraba esa noche algo cansado, tal vez demasiado estresado por el día transcurrido en comisaría. 
Soltó un suspiro cansado y tomó su móvil, leyendo una vez más su respuesta a un mensaje de hace aproximadamente unos 20 minutos que le había respondido a aquel alumno. 

Horacio le había preguntado si esa noche estaba libre para tomar algo juntos, siendo que el menor se había mudado a su edificio, por lo que ahora eran vecinos. 

"Vale, le espero". Esa había sido su respuesta. 

Y ahora allí a la espera de que el menor llegara, no podía dejar de sentirse nervioso. Es que era algo que no podía explicar, pero aquel hombre le causaba pensamientos que jamás había tenido por nadie, mucho menos con lo poco que lo conocía. 

¿Por qué había accedido tan fácil a que entrara a su apartamento? Aún no lo comprendía. 

"Tal vez deba cancelarle". 

O al menos eso pensó, porque no alcanzó a hacerlo. 

Los golpes en la puerta se lo hicieron saber. 

Soltó un nuevo suspiro y se acercó renegando con la cabeza, queriendo hacerse a la idea de despedirlo rápido de su apartamento. 

— Buenas noches, Comisario — saludó Horacio alegremente cuando el mayor abrió la puerta.

— Buenas noches, Horacio — el ruso dio un paso hacia atrás y le dejó lugar para que ingresara al lugar.

— Traje dulces y algunas cervezas — el menor se adentró y fue directamente hasta la sala, prosiguiendo a dejar la bolsa de compras que sostenía sobre una mesita frente al sofá. 

— Vale, siéntese, póngase cómodo — Víktor caminó hasta la cocina y buscó dos vasos en la alacena. 

— No se preocupe, también traje una botella de vodka — el alumno lo observó todo el camino hasta que el mayor llegó junto a él. 

— Le agradezco — Volkov no pudo evitar sentirse algo contento porque el contrario recordara su gusto por aquella bebida. 

Horacio ya se había sentado en el sillón cuando el comisario tomó lugar a su lado, y le dirigió la mirada atenta cuando el peligris sirvió las bebidas en los vasos. 

— ¿Cómo estuvo el trabajo en Comisaría hoy? — preguntó el ruso mientras le acercaba su respectivo vaso al menor.

— Uffff, Volkov, estuve atendiendo denuncias que no tenían sentido alguno — Horacio recibió el recipiente y soltó una pequeña risa recordando alguna de las mencionadas.

— Créame que le entiendo — Volkov negó con la cabeza, recordando algunas otras.

— ¿Y qué tal usted? — ahora el menor le dio un sorbo a su vaso con cerveza y lo dejó sobre la mesita.

— Bueno, fue un día estresante, aunque últimamente todos lo son — el ruso bebió el shot de vodka del tirón y colocó el vaso sobre la superficie en frente preparado para servir otra. 

— Entiendo — el alumno observó al comisario, muy atento a su atractiva apariencia.

El ruso paseó su vista por la bolsa de compras que yacía delante, y prosiguió a tomar en sus manos una caja que parecía tener dentro algún tipo de dulce. 

— ¿Qué son estos? — preguntó el ruso, volteando a ver al contrario.

— ¿Mmm? — el alumno miró curioso, marcando confusión en su rostro — Son pockys, ¿No los ha probado? — 

One Shots Volkacio +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora