𝐀𝐧𝐲𝐰𝐚𝐲 │Oliver Wood

XI. Una explicación debida

𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑶𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓:

La luna iluminaba el castillo como si de una linterna muggle habláramos. La mayoría de los estudiantes se encontraban cenando en el gran comedor, sin embargo cuando le pedí a Adhara que diésemos una vuelta por el patio ella accedió. Ambos sabíamos cual era el tema que quería hablar, sin embargo me mantuve en silencio durante varios minutos mientras caminábamos a la par disfrutando del silencio nocturno. Para nuestra suerte el verano se acercaba a paso lento pero decidido, así que la noche no estaba tan fría como para congelarnos.

Me permití recordar todo lo que ocurrió desde que nos encogimos al tamaño de una hormiga.

Llegamos hasta Hogwarts después de caminar como por dos horas, cuando en realidad el recorrido tendría que haber tardado, como máximo, veinte minutos. Tuvimos la suerte de encontrarnos con el profesor Flitwick por los pasillos cercanos a la salida, y al vernos nos devolvió nuestro tamaño original. Pidió explicaciones y sin dudar demasiado comenzamos a contarle entre los cuatro lo sucedido. Nos llevó hasta la oficina de Dumbledore y este, tras escuchar nuestra historia, escribió una carta y la mandó por lechuza inmediatamente al ministerio. Nos revisaron en la enfermería y al ver que no teníamos ningún daño o efecto secundario por usar el hechizo de reducio en humanos, nos dejaron libres. Para cuando terminamos con todas las revisiones y preguntas, la noche había caído.

Ahora no sabia por donde o como comenzar, todo era demasiado complicado para mi propio entendimiento. ¿Por qué de la nada unos mortifagos perseguían a Adhara? ¿Acaso Malfoy estaba implicado con ya-sabemos-quien? ¿Y en qué momento todo se había desfigurado de tal forma?

Miles de pensamientos irrumpían mi cerebro, pero por suerte Adhara comenzó a hablar antes de volverme loco.

- En serio lamento que hayas tenido que pasar por todo esto, no debí alejarme tanto del colegio - Se lamentó. Yo negué con la cabeza y reí internamente.

- No tendrían que haber hecho esa broma absurda en primer lugar, pero ese no es el punto - Expliqué restándole importancia. A estas alturas ya no me interesaban los pelos de león, la pintura o las garras - Adhara... ¿Qué sucedió? Y lo pregunto en serio, porqué mi mi mente sigue procesando todo este día - Admití mirándola con incredulidad.

- El porqué de haberme ido... - Comenzó ella, mirando el suelo y caminando lento - Ese día, el día que me fui, Dylan apareció en mi cuarto. Había sido enviado por mis padres. Resumidamente, la MACUSA había caído gracias a un ataque por parte de los mortifagos, y mis padres junto a la madre de Dylan lograron sobrevivir. Él me dijo que tenía que irme inmediatamente de Hogwarts porque los mortifagos estarían buscándome para llegar hasta mis padres, y eso me pondría en peligro. Empaqué mis cosas rápidamente y te escribí una carta que terminé dándosela a Mateo para que te la alcance. Me hubiese despedido, pero Dylan me estaba apurando. Desde ese momento me volví una fugitiva, no podíamos contactar al ministerio ya que cada vez que enviábamos una carta los mortifagos la interceptaban y nos encontraban. Estuve en dieciséis hogares distintos y mis padres aún siguen allí fuera. No sé si están vivos, si están muertos, si los hallaron o si siguen huyendo, hace meses que ni siquiera he podido hablar con ellos por cartas. Y después estás tú, que pelearme contigo ha sido una verdadera tortura; si te lastimé al irme de veras lo lamento, creí que entenderías que era para que no me maten ni a mi ni a mis padres, pero creo que me equivoqué...

Lo que me acababa de contar Adhara jamás me lo hubiese imaginado, era una completa locura. Todos estos meses pensé que me había dejado porque yo no era suficiente, pero la verdad era muy distinta. Un sentimiento de alivio e ilusión corrió por mis venas, pero de todas formas había algo que no me quedaba claro del todo.