Capítulo 8

31 6 0
                                    



Yongie



Sonreí mientras observaba a los niños que intentaban conseguir
un lugar junto a Seung sin darle un codazo.

Pensé que iban a tirar la casa cuando Seung entró por la puerta principal.

Si bien todos habían estado en el hospital para verlo, creo que al verlo en su casa los conformo más que a nada.

Sé que funcionó para mí.

—Sr. Yongie.

Sonreí mientras me giraba.

—¿Sí, Dalton?

—Han traído esto para ti antes.

Mi sonrisa creció cuando le quité el gran jarrón de rosas. Era un
ramo exquisito. Tenía que haber al menos veinticuatro rosas rojas
de tallo largo en el jarrón tallado en cristal. A mí no me gustaban
las rosas rojas, demasiado cliché, pero eran hermosas.

—Gracias, Dalton.

—Hay una nota.

Cuando Dalton señaló, noté un pequeño sobre blanco pegado
entre los tallos de las rosas. Dejé el jarrón de rosas en el aparador
junto a la entrada de la sala y saqué la tarjeta.

Un mareo de felicidad se derramó sobre mí cuando abrí la tarjeta y leí las palabras escritas en ella. Esa sensación de mareo dentro de mí se convirtió en alegría.

"Nuestro amor fue escrito en las estrellas y atraído a nuestro
destino."

Miré a través de la habitación hacia donde Seung estaba hablando con los niños. No sabía cómo había arreglado el envío de flores a la casa cuando apenas me había dejado de lado todo el tiempo que había estado en el hospital, pero me alegré de que lo hiciera.

Cuando Seung miró hacia arriba.

Le sonreí y luego besé el sobre.

—Gracias, —dije entre dientes.

—¿Por qué? —él replicó

Señalé el jarrón de rosas.

Las cejas de Seung se juntaron.

—Yongie, —gritó, —No te envié rosas. Yo no. No te gustan las
rosas.

Dejé caer el sobre.

—¿No enviaste estas?

—No.

Eché un vistazo al jarrón de rosas como si pudiera saltar y
morderme.

—Si no las enviaste, ¿quién lo hizo?

—¿Estás seguro de que eran para ti?

—¿Dalton? —Levanté mi mirada hacia el hombre.

—Sí, señor. —Dalton asintió rápidamente. —La nota de entrega
fue para el señor Choi Yongie.

—Consigue la nota, —dijo Seung. —Quiero saber de qué florería
vinieron esas rosas. Quiero saber quién las envió.

Cuando Seung comenzó a levantarse, corrí hacia él y lo empujé hacia abajo.

—Sabes lo que dijo el doctor. No uses tu pierna a menos que sea
absolutamente necesario.

—Yongie-

—¡No! —Me di cuenta de que lo estaba perdiendo, pero no pude
evitarlo. Seung casi había sido apartado de nosotros. No iba a permitir que nada interfiriera con su recuperación. —No vas a irte como lo haces normalmente. Si necesitas algo, siéntate y te lo traemos.

Messy X-mas (gtop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora