Natblida (4)

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Lexa fue la primera en salir del bunker.
Se expuso a la radiación la primera, negándose en rotundo a permitir que alguien muriera por su incompetencia.
No pasó nada.
Se giró y les indicó que podían salir a respirar al fin el aire de la naturaleza.

Respiró profundamente para percibir todos los aromas que inundaban aquél nuevo lugar para ella.
Había tantos árboles que la luz del sol se colaba entre las ramas y hojas, haciendo dibujos aleatorios entre la hierba del suelo.

Se sentó apoyando su espalda en uno de los árboles, recordando a todas las personas con las que estuvo antes de ser encerrada en ese bunker.
Pensó en su madre, en Strand, en Charlie, en Morgan, en Nick, en Luciana...
Y en un sin fin de personas que la habían hecho alguien mejor en aquellos tiempos.

Veía a todo el mundo observar el paisaje maravillados por ese color verde y ese rojo de algunas frutas.
Algo la sacó de sus pensamientos, una voz de niño.

Aden: Sabes?
Ni siquiera nuestros abuelos sabían cómo había sido la Tierra
Desde hace 100 años nadie ha pisado el exterior, excepto tú.
Era así como la recordabas?

Aquél niño rubio y de ojos azules le habló de una manera tan cercana que no pudo evitar sonreír ante aquella pregunta.
Podría tener unos 12 años, y no sabía muy bien qué se suponía que debía responder.

Lexa: Cómo te llamas?

Aden: Me llamo Aden, perdón por no haberme presentado

Lexa: Aden, el planeta no era así, estaba cubierto de cosas horribles
Pero disfruta porque te ha tocado vivir en un planeta lleno de naturaleza

Aden: Gracias, Heda

Lexa le respondió con una sonrisa sincera, el niño se levantó y vio cómo subía y bajaba de los árboles jugando con otros niños.
Al levantarse una piedra muy fina le hizo un pequeño corte en la mano, a lo que no le dio importancia hasta que vio el color de su sangre.

Lexa: JODER!!

Gustus: Pasa algo, Heda?

Lexa: No es nada, gracias Gustus

Gustus: Realmente tiene la sangre de los comandantes

Lexa: Sí, claro

Cuando Gustus dijo eso varias personas vitorearon su nombre y la palabra Heda por todo lo alto.
Lexa buscó a Aden de nuevo con la mirada, quería contarle más cosas de la Tierra antes.
Pero Aden había dejado de subirse por los árboles y su madre lo tenía de la mano.

Se acercó a él y le pidió permiso a su madre para dar un paseo mientras charlaba con él.
Ella aunque con recelo, aceptó.
Lexa se adentró en la profundidad del bosque junto a Aden, que la miraba inquieto.
No parecía el mismo chico que antes.

Lexa: Qué ocurre, Aden?

Aden: Nada, Heda
Estoy cansado

Lexa: No sé muy bien aún cómo funciona lo de ser Heda, pero creo que tú sí

Aden: La llama se inserta en su cabeza cuando muere el anterior comandante, por eso recuerdan cómo luchar o hablar nuestro idioma la perfección

Lexa: Y mi sangre negra?

Aden: Es la sangre del linaje de los comandantes, sólo un natblida puede portar la llama

Lexa: Gracias, Aden

Aden: No ha sido nada, Heda

Volviendo por el camino, Aden se enganchó en una planta con bastantes pinchos, Lexa lo calmó y se dispuso a pensar cómo podría soltarse.
Fue retirando las ramas poco a poco, mientras Aden hacía lo mismo con las de delante.
Un leve roce bastó para que Lexa viera lo que suponía.

Lexa: Natblida

Aden: Heda, yo---

Lexa: Aden, eres del linaje

Aden: Mi madre no quiere que me separen de ella, por eso me escondo

Lexa: Nadie te va a separar de ella

Aden: Por favor volvamos con el resto ya, Heda

Lexa: Puedes llamarme Lexa

Aden: -Asiente-

Aden volvió junto a Lexa al lugar donde iban a establecer el campamento, en un claro del bosque cercano al bunker.
Lexa repartió las tareas y ella se dispuso a construir las cabañas en las que vivirían, al menos por el momento.

Cuando cruzaba la mirada con Aden, éste la esquivaba, pero ella seguía insistiendo, quería que supiera que todo iba a quedar entre ellos dos.
Aden le sonrió en ese último cruce de miradas, y Lexa continuó con su trabajo.

"Será un comandante increíble cuando yo muera y ocupe mi cargo", pensó Lexa mientras terminaba aquella cabaña.

Fear the Ark (Clexa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora