𝑴𝒐𝒏𝒐𝒄𝒉𝒓𝒐𝒎𝒂𝒕𝒊𝒄 𝒅𝒂𝒚𝒔 [ 𝑱𝑺𝑯𝑲 ] ⚘

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—Oye, ¿qué estás haciendo?—

Lo miró por unos segundos, preguntadose si se había vuelto loca. No había forma de que ese fuera el mismo chico que vio fuero del aula aquel día, a menos que la hubiera seguido hasta Tokio.

—¿Eh? ¿Me hablas a mí?—

—Sí, ¿acaso ves a alguien más aquí?— le echo una mirada alrrededor y asintió obvio.

—Sí, tienes razón. Entonces, ¿qué es lo que quieres?— preguntó y un segundo después de arrepintió ya que su tono sonó realmente seco y antipático.

—Oh, yo solo tenía curiosidad por ti.— dijo y se sentó en el columpio junto a ella.

—¿Y de dónde viene esa curiosidad?— hizo enfasis en la última palabra.

—Solo pienso que eres alguien realmente curiosa.— eso hizo sonar sus alarmas.

—Si lo dices por mis piernas, piérdete.—

—No no no. N-no quise que sonara como algo malo, solo pienso que tiene un encanto.— eso hizo que sus alarmas se descontrolaran.

—¡Entonces eres un pervertido! ¡Piérdete de aquí!— se levantó dispuesta a irse y alejarse de ese loco, pero cuado estuvo a punto de huir, el chico la tomó del brazo -gentilmente- y la hizo volver a sentarse.

—N-no, ¡no soy un pervertido! Diablos mujer, estás demaciado a la defensiva.— el chico se rascó la nuca. Se levantó del columpio y se puso frente a ella como si estuviera evitando que escapara -otra vez-.

—Lo siento, pero yo no soy culpable de que un total desconocido se me acerque y después diga "tus piernas tienen un encanto". Es completamente razonable que este a la defensiva.— y entre otras cosas.

—Es verdad, es verdad. Perdón. Comencemos de nuevo. Me llamo Yugi Amane, ¿cuál es tu nombre?— y le extendió la mano. Yashiro solo lo estaba mirando con ligera indiferencia, como si el chico fuera un loco que le apareció en un callejón de barrios bajos. Pero a pesar de todo el chico no parecía mala persona, tal vez era muy nervioso y algo torpe al expresarse, por eso la primera mala impresión, así que decidió perdonarlo.

Extendió su mano y tomo la del chico. —Me llamo Yashiro Nene, un gusto.—

—Oh, ¡muy bien Yashiro-san!— celebró el chico. —Por un momento pensé que me galerías.— murmuró después.

—Por un momento pensé en hacerlo.— murmuró ella también.

—¿Qué?—

—¿Qué?—

Se quedaron en un silencio incómodo -aún tomados de más manos-, solo se podía escuchar al viento soplar y alborotar el cabello de los dos chicos, también una que otra voz de fondo. Él solo la miraba como si intentara ver a través de su alma, lo que solo hacia que el cuerpo de Yashiro solo tuviera escalofríos y se pusiera más y más nerviosa. Pero la chica se dió cuenta de lo cálida que era su mano, su suavidad y lo raramente reconfortante que fue.

Pasaron lo que Nene puede describir como horas y la mirada de Amane casi casi que no cambiaba solo que esta vez intentó sonreir, pero por lo nervioso que se encontraba su sonrisa se torció totalmente y sus cejas se fruncieron dándole el aspecto de un psicópata -en la mente de la blonda-. En otra situación pensaría que es tierno, pero con los acontecimientos anteriores se le pasó todo por la cabeza menos eso.

—¡Deja de mirarme así, me das miedo!— explotó por fin llena desesperación soltando su mano, enfriándose al instante.

—¡A-ah yo lo siento mucho! ¡De verdad no quiero que me veas de esa forma! E-es solo que a mí no se me da esto de socializar.— se explicó jugando nerviosamente con sus manos y con la cara roja de vergüenza.