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El día de la cita...

–Ambos están acostados uno al
lado del otro. Sus cuerpos se rozan
discretamente, el calor de sus
anatomías mezclándose. Sus miradas
fijas en la pantalla gigante frente
a ellos, sus manos tocándose por
accidente en cada ocasión que ambos
intentaban tomar de la misma golosina,el carmín en las mejillas de Sunoo resaltando egocéntrico.Niki
había hecho una amplia elección de
películas para proyectar con ayuda de
Heeseung (añadiendo algunas de su
gusto propio).

El niño con el pijama de rayas estaba
terminándose y Sunoo tenía las
mejillas empapadas por las lágrimas,
la punta de su nariz roja por el llanto,y un lindo puchero en los labios.Niki No podía evitar perderse de la película por apreciar la belleza de Sunoo  aún en medio del llanto.

Era hermoso,por usar un adjetivo conocido.

–Niki  había secado las lágrimas
del pelinegro y éste se había sonrojado mucho más de lo que ya lo estaba; claro que no se opuso en lo más mínimo al trato intimo que estaba recibiendo de parte del azabache (después de todo ya
se habían besado varias veces).

Las películas continuaron durante toda la noche, las mantas sobre sus cuerpos aumentaron en cantidad, y la comida comenzó a disminuir. Sin haberse percatado de ello, sus cuerpos se fueron acercando más y más, buscando el calor de la contraria; para la mitad de la noche Sunoo tenía su cabeza recostada sobre el pecho de Niki  y éste le rodeaba de la cintura con ambos brazos, sus piernas entrelazadas.Sunoo en algún punto lo notó, pero en lugar de alejarse, se acomodó mejor entre los brazos del rubio; éste no pudo evitar sonreír por ello.

No saben cómo ni en qué momento,
pero terminaron haciendo una maratón de películas de Disney.

La oscuridad comenzaba a clarear, el cielo pintándose de un hermoso azul claro que parecía hacer brillar todo a su alrededor.Sunoo tenía las mantas hasta la nariz, sólo dejando ver ese par de ojos gatunos.Niki  acariciaba su cabello y cuello de vez en cuando, idamente, casi inconscientemente.

Cuando el cielo comenzó a pintarse de tonalidades naranjas y rosadas,Niki supo que era el momento.

Con la escena del spaghetti de La dama y el vagabundo,Niki  comienza a acariciar la mandíbula de Sunoo  con su pulgar, mientras le habla al oído.

-Esto sonará raro, quizás lo sea, pero necesito explicarte esto antes de pasar a lo siguiente o me creerás loco. -Sunoo en ese momento le había volteado a ver desde su posición, y Niki  sintió que su corazón saldría disparado de su pecho.

Porque los orbes de Sunoo, tan oscuros como la noche, le miraban fijamente, brillando bajo el presente amanecer, con los tonos rosáceos y naranjos reflejándose en sus ojos tan hermosamente que un poco más y Ni-ki se habría largado a llorar ahí mismo.

-¿Qué estás diciendo ahora mismo? le pregunta el pelinegro, sin despegar la vista de él.

-Me gustas.–dice firme.-Bueno, en realidad es mucho más que eso.

-¿Hablas de-

-Amor.-termina  Niki por él.Sunoo enseguida se sonroja.–Sí, estoy locamente enamorado de ti-Sunoo.

-P-pero, tú no-

-¿Te conocía antes del balonazo?-Sunoo  asiente.–Lo hacía. Mucho antes de eso.

-¿Qué?

-Te he observado a la distancia desde hace mucho tiempo, quizás desde el primer día de clases. Y sé que puedo estar sonando como un completo psicópata, pero realmente no podía dejar de pensar en ti, de verte caminar por los pasillos, con tus mejillas pintadas de carmin. Después entré al equipo de fútbol y descubrí que Heeseung  era tu amigo; mejor amigo en realidad, él suele mencionarlo muy a menudo entre los del equipo.
-Sunoo no pudo evitar reír ligeramente por eso y sonrojarse. Así que me volví cercano a él, y poco después le confesé de mis sentimientos por ti. Él me ayudó bastante a encontrarnos por "casualidad", pero tú siempre ibas cabizbajo. Jamás me notaste.–eso hizo al Pelinegro sentir una punzada de culpabilidad en el pecho. -Pero no me di por vencido. Segui tratando de llamar tu atención, hasta el día del balonazo.

𝐂𝐚𝐫𝐦𝐢𝐧 ♡︎ Ⓢ︎Ⓤ︎Ⓝ︎Ⓚ︎Ⓘ︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora