𝐂𝐚𝐫𝐦𝐢𝐧 ♡︎ Ⓢ︎Ⓤ︎Ⓝ︎Ⓚ︎Ⓘ︎

04♡︎

–Ni-ki está mirando la pantalla de su celular, con una estúpida sonrisa en el rostro.

–La plática con Sunoo había salido mejor de lo que esperaba, y estaba seguro de que si seguía así conseguiría que el pelinegro le aceptara una cita muy pronto.

No importaba que esa plática hubiera sido el día anterior, él seguía leyéndola, demasiado entretenido con ella como para prestar atención a algo más. Incluso si se dirigía a la escuela en un nuevo día escolar, él seguía releyendo su plática con Sunoo una y otra y otra vez.

-Detente aquí, mamá, por favor.–dice el de cabello rubio apuntando hacia una floristería.

Su madre, algo confundida, asiente y estaciona frente al lugar que su hijo le está señalando.

-Niki se baja del auto y corre hasta adentrarse a la floristería, haciendo sonar la campanita que cuelga sobre la puerta del lugar.

-Buen día, joven. ¿Buscaba algo en específico, o sólo pasa a observar?– pregunta un hombre de edad algo avanzada llegando hasta él con una amigable sonrisa y tono amable.

-Buenos días, señor.-dice Niki haciendo una reverencia..– En realidad, buscaba tulipanes tardios simples.

-Oh, bueno, tienes suerte, justo ayer recibí un pedido que había hecho.

El señor camina hasta una cortina que hay dividiendo la parte trasera del local, haciéndole una señal a Ni-ki para que lo siga. El rubio lo hace y pronto se encuentra rodeado por muchísimas flores, y sintiendo mucho más frio que en la parte delantera del local.

El hombre le pregunta cuántos tulipanes va a querer y Niki le responde que diez, de color rosa. Se las pone en un bonito ramo y después de pagarle, sale del lugar agradeciendo al señor.

-Listo, vámonos.-dice Niki subiendo al auto.

¿Para quién son esas flores, cariño? -pregunta su madre mientras sigue el camino a la escuela de su hijo.

-Un chico al que casi le rompo la nariz, mama. su madre se le queda viendo sólo un momento, ni siquiera sabiendo qué decir ante aquello.Niki entonces ríe.–Son para el chico que me gusta.-su madre rueda los ojos divertida y asiente.

Al estacionar frente a la escuela, Ni-ki toma todas sus cosas y se despide de la mujer con un beso en la mejilla, deseándole un buen día en el trabajo.

Baja del auto y ajusta los tirantes de su mochila y maleta (donde guarda todas sus cosas del fútbol) a sus hombros, al tiempo que camina decidido hasta donde Heeseung le dijo que siempre él y Sunoo esperan para que las clases comiencen.

Todos los que están pasando a su lado le miran con los ojos abiertos de par en par, susurrando enseguida suposiciones de para quién podrá ser el precioso ramo de tulipanes.Ni-ki los ignora a todos y cada uno de ellos olímpicamente y sigue su camino hasta aquel árbol en medio de la plaza de la escuela.

Ya puede ver a Heeseung  y Sunoo sentados en la banca que está ubicada en este lugar, y casi olvida cómo se respira cuando Sunoo comienza a reír, golpea el pecho de su amigo, y oculta su rostro entre sus manos.

Todo esto mientras un hermoso carmin adorna sus mejillas.

Camina más decidido que nunca hasta que el silencio se hace en el lugar. Nota a Heeseung  señalarlo con la mirada, y entonces su corazón estalla al topar su mirada con la gatuna de Sunoo.

-¿N.niki...?-pregunta Sunoo entre asombrado, nervioso y tímido.

-Buenos días, para ambos.-dice, sonriendo amigablemente.