𝙴𝚗𝚣𝚎𝚕𝚕𝚊𝚑𝚎𝚗 (Harry Potter/M-preg/Lord of the Rings)[✓]

∆Chapter 26∆

Aclaraciones de lectura:

-Letra normal: diálogo, relato.

-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.

-Palabras dentro de "-": lengua élfica. Palabras entre / palabra / será la traducción.

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Capitulo 26: Magos en la Tierra Media.

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Casi tiró el vaso de agua que traía en la mano, al sentir como alguien lo abrazaba por la espalda. Se tranquilizó al sentir el familiar calor y aroma que desprendería el cuerpo más pequeño.

-Ssshhh… ven.- susurró la conocida voz en su oído.

Boromir frunció el ceño en Frank, pero dejó que lo tomara de la mano y lo arrastrara hasta un rincón oculto de la casa donde residía. No bien estuvieron fuera de la vista de todos los amigos del menor, Frank se lanzó a su cuello y fue directamente a capturar sus labios. Si, ellos se besaban, como si no importara nada más en el mundo que sentirse uno contra el otro. Esta situación se venía dando desde la misma noche de la fiesta de matrimonio de Sirius y Elrohir. Esa noche, tomando valor por el alcohol que había bebido (¡El whiskey de fuego era muy bueno!) Boromir había asaltado al animago, dándole una confesión algo torpe, pero que resulto efectiva. Aunque, siendo sinceros, Frank no la necesitaba, porque hace mucho que se había dado cuenta del interés del gondoriano por su persona.

Esa noche, ambos dieron rienda suelta a sus pasiones (que eran muchas) y comenzaron a formar una relación, de la cual, por ahora, solo los habitantes de la casa estaban al tanto. Con su hijo Neville, Frank tendría una charla más adelante, cuando la relación tuviese un tinte más formal.

Los hombres se siguieron besando y acariciando, hasta que el aire se hizo necesario para ambos. Cuando se separaron, Longbottom sonrió ampliamente a su pareja y apoyó su cabeza en el pecho ancho del guerrero, le gustaba sentir la firmeza de sus músculos y los latidos del corazón de Boromir, mientras una de sus manos acariciaba el cabello largo que el guerrero tenía atado en una coleta.

-¿Has preparado tus cosas ya?- preguntó Boromir en un susurro, mientras acariciaba la espalda de su amante.

-Sí… tengo todo listo.- suspiró.- ¿Estás seguro que ese viaje de dimensiones no es doloroso?

Frank coloco cara de preocupación y a Boromir le pareció demasiada tierna esa expresión en su rostro.

-Claro…- sonrió.- No seas tonto, todos te hemos asegurado que es perfectamente seguro.

-No sé… he vivido rodeado de magia toda mi vida, pero esa forma de viaje me parece muy… extraña.

Boromir rió un poco y separó al animago de su cuerpo para poder observar su rostro. Frank tenía un pequeño puchero en sus labios.

-¿Quieres decirme qué es lo que en verdad te pasa? Tengo la sensación de que estás poniendo excusas para no ir…

Frank desvió la mirada y sus manos se cerraron sobre la tela de la túnica del hombre de la otra dimensión. Realmente el no temía al viaje, era otra su aflicción.

-¿Crees que tu familia… me aceptará?- mordió su labio inferior y miró de reojo a Boromir.

-¡Claro que sí!- lo abrazó con fuerzas.- Te lo he repetido muchas veces ya. Mi familia, mucho más mi cuñada, estarán encantados al saber que tanto el Rey Eómer como yo hemos encontrado pareja. Serás muy bien recibido en mi hogar, tú solo espera y verás…