1- Beso No Correspondido

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Dean estaba durmiendo en una de las tantas habitaciones de moteles que él y su hermano habían estado ocupando mientras trabajaban en el negocio familiar. Sam también roncaba.

En silencio y como una estatua humeante, Castiel permaneció quieto, de pie junto a la cama de Dean, observándolo.

Castiel inclinó la cabeza, siempre era asombroso cómo los humanos parecían tan relajados cuando dormían. Y no entendía por qué Dean siempre lo regañaba por  hacer eso. ¿Qué había de malo en velar por él, ó por Sam?  Se suponía que los ángeles cuidaban los sueños de la humanidad. Entonces ... ¿por qué no podía hacerlo con Dean? ¿Por qué le resultaba tan embarazoso?

Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver los violentos movimientos de Dean en la cama. El cazador apretaba las sábanas con fuerza y ​​volvió la cabeza de un lado a otro, tensionando la mandíbula y goteando sudor.

Castiel frunció el ceño. Se acercó a él lentamente, Dean respiraba cada vez más rápido.

Cuando Cas estuvo cerca de él, tocó suavemente la frente del cazador y cerrando los ojos pudo ver la pesadilla que atormentaba a Dean.

Al principio pensó que lo vería en el infierno, porque recordaba que las pesadillas de Dean siempre eran sobre el infierno. Pero esta vez no se trataba del infierno, sino del purgatorio. Y no solo sobre el Purgatorio, sino sobre Cas empujando su mano, y Dean desapareciendo en ese portal. Castiel entrecerró los ojos en confusión, mientras lo liberaba de su toque. Dean estaba durmiendo pacíficamente de nuevo.

El ángel estaba desconcertado por esa nueva pesadilla ... y se sentía culpable, aunque no sabía por qué.

Castiel todavía estaba pensativo, cuando vio que Dean estaba a punto de despertar.

Dean abrió los ojos y casi se cae de la cama cuando vio al ángel de pie junto a él, mirándolo intensamente.

-¡Maldita sea, Cas!- exclamó.

Cas ladeó la cabeza tratando de entender la reacción nerviosa del humano.

-Estabas teniendo una pesadilla- dijo el ángel.

Dean se sentó en la cama, tirando las sábanas bruscamente a un lado, mirando sus pies.

-Cuántas veces te lo he dicho, no puedes simplemente verme dormir, es espeluznante- levantó los ojos para mirar al ángel cuando terminó de decir eso. Vio a Castiel parpadear.

-Lo siento ...- el ángel entrecerró los ojos de nuevo, y todavía estaba mirando a Dean fijamente: -Pero hago esto muy a menudo.

-¿Qué ?"-Preguntó Dean, con horror en sus verdes ojos.

-Te vigilo mientras duermes, y a Sam también- señaló a su hermano que roncaba, aún durmiendo como un bebé.

-¿Por qué?- Dean preguntó, sonrojándose de nuevo.

-Porque eso es lo que hacen los ángeles. Velamos por la humanidad. Así que ... Yo cuido de ti y de Sam, porque son mis amigos- explicó Cas. Era sencillo. ¿Por qué Dean no podía entender eso?

Dean se quedó quieto, observando esos ojos azules que lo miraban casi sin parpadear. Se quedó sin habla de cuán descuidadamente Castiel podía hablar de cosas como esa… con brutal honestidad y sin que se moviera ni un solo cabello de su cabeza.

Malditos ángeles ...

-¿Por qué ahora tienes pesadillas sobre el Purgatorio?- Castiel cuestionó, y Dean dio un pequeño salto de sorpresa allí mismo.

Castiel lo vio. ¿Castiel lo sabía ahora? La dolorosa angustia de Dean cada vez que lo recordaba alejándolo ... soltando su mano . La horrible sensación en su estómago, la representación física de estar desconsolado. Amor unilateral ... el rechazo ...

Besos Profundos (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora