II

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Abrumado, esa era la palabra que definía su situación personal en ese momento, total y absolutamente abrumado, entre lo que hacía, lo que debía y lo que se esperaba de él, y estaba realmente cansado de sentirse así, debiendo luchar física y emocionalmente cada mañana para salir de la cama, sin esperanza de huir de la monotonía que era su vida en ese momento.

En qué momento todas sus ilusiones se habían hecho pedazos, siendo ahora dolorosos y punzantes recuerdos de algo que probablemente nunca pasaría? le dolía el cuerpo, el alma y el corazón, pensarlo le dibujo una amarga sonrisa en el rostro... ahora también en pensamientos era patético? Resoplo antes de llevarse la taza de café caliente a los labios, mientras daba una mirada critica a su escritorio, y a la pantalla del computador que le recordaba su próxima reunión de zoom. No odiaba su trabajo, pero tampoco lo apasionaba, no tenía mayores problemas, salvo un incomodo divorcio, pero que siempre al recordarlo le hacía sentir aliviado, nunca debió casarse, pero en ese momento de su vida sentía que debía hacer algo para llenar el vacío que solía acompañarlo desde su adolescencia, la necesidad de encajar, y ser "normal" pero que resultó ser sólo una amarga historia que resultó en menos de dos años de matrimonio, cuando abrumado simplemente un día decidió que no era lo que quería para su vida, poco después descubrió que fue lo mejor, pese a que en un principio sólo se tomarían un tiempo para pensar a solas si valía o no la pena continuar, su ahora ex esposa se dedico a buscarle un reemplazo, muy poco discreto, ya que la etiqueto en un par de fotos en sus redes sociales, y fue lo que precipitó la separación definitiva, y un divorcio exprés.

Se alegraba internamente de no tener hijos, habría sido aun más incomodo todo, ahora como hombre divorciado antes de los 30, lidiaba con el hecho de que parte de su entorno consideraba ese hecho como un fracaso, cuando para él había sido una ganancia, en experiencia y en aceptar que lo que otros quieren no necesariamente debe ser la norma, y le dio espacio para reflexionar sobre su vida, justo como hacía en ese momento, llegando a la conclusión de que se estaba convirtiendo en alguien amargado, más de lo que quisiera asumir.

Se bebió lo que quedaba de su café, repaso sus apuntes, y se alisto para la reunión de zoom, que mentalmente esperaba que valiera la pena, y no tener la sensación que un correo electrónico bien desarrollado pudiera haber reemplazado.


Finalizada la reunión, hechas las correcciones y preparado todo para el día siguiente, apagó la computadora y se dispuso a retirarse, no tenía ningún apuro, nadie esperaba por él en su pequeño departamento, así que aprovecharía de caminar y seguir buscando sentido a su vida, eso le hizo sonreír, solía divagar mucho sobre eso, aun nacido en Londres, su familia era migrante, físicamente no lo parecía, pero sus raíces estaban en Latinoamérica, algo de lo que sus padres se enorgullecían, recordándole constantemente  a él y sus hermanos la importancia de la multiculturalidad, muchas veces siendo adolescente se cuestionaba sobre eso, a diferencia de sus amigos, que eran 100% británicos, con casi nada de mezclas con otras naciones, él era en si una mezcla de culturas, incluso cuando su familia aun vivía en Latinoamérica, en donde solían llegar migrantes de todo el mundo, siempre le sorprendió saber que ninguna familia era igual a otra en origen y mezcolanza de razas, y esa era la razón de tanta variedad, y de que de hecho, el mismo y sus padres no parecieran tan "latinos" y eso que él era apenas segunda generación nacida en Europa, sus abuelos habían migrado, huyendo de crisis políticas, de dos diferentes naciones, y que por azares del destino, habían terminado enamorándose al otro lado del mundo, su abuelo chileno y su abuela argentina eran las personas más amorosas que conocía, que nunca dejaban de darle abrazos aun siendo ya todo un adulto, y de quienes había heredados sus rasgos más característicos, los ojos azules de su abuelo, y las facciones de su abuela, y eso siempre le había llamado la atención, ya que gracias a eso nadie imaginaba sus orígenes, y hasta creían que bromeaba cuando lo mencionaba,  algo que le hizo reflexionar muchas veces que el aspecto poco tenía que ver con como se planteaba como persona, por un lado se sentía afortunado, ya que encajaba con su entorno, pero por otro esa apariencia lo hacía sentir distante de lo que se esperaba de un migrante mestizo, por lo que a lo largo de su vida siempre se preguntó si lograría compaginar eso y llegar a sentirse completamente parte de algo, y no un ser condenado al desarraigo. Suspiro mientras esos pensamientos revoloteaban en su mente, mientras caminaba sin apuro a la estación de trenes.

A poco más de una cuadra decidió que tanto pensar de manera negativa debía ser combatido con algo de comer que le hiciera sentir mejor, así que fue disminuyendo lentamente la velocidad de sus pasos, sin notar que con eso, provocaría un ligero choque con la persona que caminaba justo detrás.

- Lo siento, me distraje un momento, está usted bien?-

-Si, no hay de que preocuparse.- contestó el desconocido con una sonrisa radiante y extrañamente reconfortante. -Justó pensaba en pasar por un café y quizá un muffin- continuo.

-ehhh, si, yo igual.- contestó tratando de parecer calmado.

- no quisiera incomodar, pero soy nuevo en la ciudad, y no acostumbro a comer solo, así que le molestaría compartir la mesa?-

El joven miro un poco aturdido al desconocido, que no se notaba mortificado ni nada, le pareció una cosa extraña, pero recordó a su abuela y las múltiples historias de como había conocido a mucha gente interesante de manera random, historias que eran sus favoritas los veranos que pasaba con ellos de niño, así que pese a cualquier resquemor, decidió que quizá un encuentro fortuito y una conversación superficial era lo que le hacía falta a su semana para dejar de sentirse preso de la monotonía.

- no, no incomoda, no hay problema en compartir una mesa .-

- estupendo - sonrió el desconocido, a la vez que tendía una mano en su dirección, la que no dudo en estrechar - Niall Horan, nuevo en la ciudad y amigo de las conversaciones de sobre mesa, mucho gusto.-

Sonriendo, le devolvió el saludo -Louis Tomlinson, residente de esta ciudad, e interesado en esa sobre mesa.- 

Y así, de una manera curiosa  e inesperada, su día dejó de ser tan monótono.


Ambos pidieron algo sencillo, un café sin tanta mezcla, y muffins de arándano y chocolate respectivamente.

Su conversación fue tranquila, se baso en preguntas al azar sobre qué lugares recomendaba visitar, el clima, y que esperar en general de la ciudad. Louis se sintió tremendamente útil contestando cada pregunta y duda. Niall era alguien realmente agradable y con quien se daba muy fácil sentirse cómodo, y por sobre todo, no conocía nada de él, por lo que no tendría que ponerlo al día ni contarle nada de su reciente divorcio, estrés laboral ni crisis existencial.

Tras 45 minutos de amena conversación, Niall miró su reloj.

- Ha sido muy agradable compartir este rato contigo Louis, pero debo irme en los próximos minutos, mi amigo y compañero de aventuras llegará a la ciudad en una hora, y quede de recogerlo en la estación de trenes.- 

Louis se sentía tan divertido y a gusto, que se sintió levemente decepcionado con la próxima despedida.

- Oh, claro, de aquí solo es cuadra y media a la estación de metro, hasta ahí puedo acompañarte para que cada uno siga su camino.-

- Muchas gracias Louis, pero antes de irnos, te dejo mi tarjeta, digo, si tienes un momento el fin de semana, me encantaría invitarte a comer, en compensación por tu amabilidad, así que por favor tómala y agenda mí número, estaré esperando un mensaje o llamada- 

Louis tomó la tarjeta, era sencilla pero elegante, tenía el nombre de Niall, justo sobre la leyenda "investigación y recuperación" y su numero de teléfono y correo electrónico. La guardo delicadamente en su bolsillo.

-Te escribiré en cuando llegué a mi hogar.- ya decidido a aceptar su invitación, recordando lo que sus hermanas solían decir "comida es comida, y no se rechaza" y bueno, la compañía y agradable conversación eran un plus en este momento.

Ambos jóvenes caminaron haciendo breves comentarios sobre el entorno, y tiempo estimado de viaje hasta la estación de Waterloo, que es en dónde llegaría el amigo de Niall.

Al llegar a la estación, se despidieron con un apretón de manos, y tomaron sus caminos por separado.

Ambos sonreían al separarse, Louis por considerar a Niall un buen distractor y quizá hasta un nuevo amigo mientras permaneciera de visita Londres, y Niall porque después de meses de búsqueda, al fin había dado con un potencial hijo de Lilith.




La Sonrisa de LilithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora