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"Soy la que te esperará en casa, despierta por la madrugada, cuando tardes en un caso. "

Shinichi leyó la nota que recién acababa de encontrar en el bolsillo de su pantalón. Le resultó curiosa, pero debido a su situación, debía concentrase. Guardo la nota rápidamente.

Llovía sobre Beika.

El detective estaba agitado y sudando, metido en un callejón de madrugada. Sus zapatos tenían lodo.

Hacía tiempo que no estaba en una situación así. Con altas probabilidades de morir, en la única persona en quién podía pensar, era su esposa.

Algún criminal estaba siguiéndolo por investigar su caso. Al no tener aún pruebas, no podía capturarlo. Pero de algo estaba seguro, estaba involucrado con esos tipos, sí, los de negro.

Momentos después, cuando todo se calmo, se apresuro a llegar a casa.

Las luces encendidas y la puerta principal con seguro de la que solo su esposa y él tenían llave. Entrando, casi se desploma en el suelo debido al cansancio, pero ella lo sostuvo a tiempo.

—Perdón por la tardanza.

Y los ojos de la fémina, que Shinichi aún no veía, estaban prontos a llorar.

Él se incorporó, abrazándola con fuerza.

—Lo siento. —susurró el detective.

Matrimonio con Kudo Shinichi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora