III

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Todos os despertasteis y lo primero que os encontrasteis en la sala común fue a Bakugou y Deku limpiando, vendados casi enteros y con unas ojeras enormes.
Después de un 'pequeño' interrogatorio en el que solo os respondía el peliverde, acompañado de algunos gruñidos del rubio os enterasteis de que estarían castigados 3 y 4 días respectivamente por una pelea que hicieron a las tantas de la mañana y les pillo Aizawa-sensei castigándoles. No pudisteis evitar reíros pero ya era inevitable, ellos se habían metido en aquel lío y tenía que cumplir el castigo.
Las clases con Aizawa se pasaron lentas hasta que la advertencia de castigo por si intentabas curarles te saco de las nubes, empezando a prestar atención. Después de las clases al volver seguían limpiando, algunos les empezaron a molestar remarcando las partes que no estaban limpias, aunque en el estado que estaban ya te parecía un milagro que se movieran por lo cual preferiste mirar la escena desde lejos sin decir nada.

La noche ya había caído y como castigo también debían de hacer la cena, la verdad verles era bastante entretenido parecían un dúo cómico, no paraban de discutir y lanzar comida cual niños pequeños entré gritos( Bakugou) y disculpás (Deku) cuando por fin acabaron y os sentasteis a cenar todos os quedasteis asombrados puesto que el cocinero había sido el rubio y estaba demasido bueno, tendríais que hacer que le castigarán más veces solo para que os cocinara. Durante toda la cena todos estuvieron charlando y comentando el día para los que habían faltado pero no estabas prestando atención, notaste algo extraño.
Bakugou no estaba como siempre, sabías que después de que la liga de villanos le secuestrara y el retiro de All Might su ánimo había decaído pero hoy no había gritado a casi nadie, parecía que tenía la mente en otra parte y necesitabas saber el por qué pero tendrías que esperar a que todos se fueran a dormir.

Y eso hiciste, tu cuarto daba al patio interno y desde ella podías ver la ventana de su habitación, todas las habitaciones estaban en completa oscuridad menos la del rubio que tenía una tenue luz. ¡Esa era tu oportunidad!

Tus nervios estaban a flor de piel, ibas a tocar la puerta cuando escuchaste un quejido del otro lado. Sin pensarlo dos veces entraste de golpe viéndole en el suelo rodeado de vendas y algodones. Tu corazón se paró unos segundos al notar lo que habías echo y como él te miraba fijamente esperando una explicación, no sabías que decirle asique simplemente sonreíste con nerviosismo. Bajo su atenta mirada te acercaste a él en el suelo. Durante unos segundos pudiste notar como te fulminaba con la mirada, es más si lo encuentras en medio de un bosque lo confundirias con un animal herida, os sostuvisteis la mirada hasta que con un Tsk bastante sonoro extendió sus manos pasándote el algodón y líquido con el que se estaba curando las heridas, entendiste su pequeña petición de ayuda y aceptaste gustosa.
Miraste asombrada la cantidad de heridas que tenía por los brazos y espalda.
La curiosidad te carcomía por dentro pero sabías que no te iba a contestar de buenas a primeras ya era un auténtico milagro el que pudieras curarle. Tus dedos temblaban levemente al colocarle las vendas alrededor de su pecho y espalda, era ancho y casi tenías que abrazarle para poder rodearle con la fina tela.

Después de casi una hora ya habías acabado, habrías tardado unos minutos usando tu quirk pero si alguien se enteraba los dos acabaríais con más problemas. Te levantaste para irte de la habitación pero su repentina pregunta te detuvo.

+ ¿A que narices habías venido?

No sabías muy bien que responder por lo que preferiste evitar responder.

- ¿Qué pasó en tu pelea con Deku?

+ ¡Respondeme extra!.

- Cuando tú me digas, yo haré lo mismo. Por ahora me voy, mañana vendré a la misma hora a curarte, descansa.

+ TSK

El valor y la adrenalina en tu cuerpo bajo de golpe nada más entrar en tu cuarto, aún te cuestionabas como es que le hablaste así pero te alegrabas de que no había puesto pegas y eso era un gran avance. Otros dos días pasaron y la rutina se estableció; ibas, le curabas y te marchabas. Hasta el último día, justo cuando te empezaste a levantar una presión en tu muñeca te obligo a volver a tu sitio.

+ Tenía que saber el por qué, el porque eligió a Deku en vez de a mí.

No acabaste de entenderlo del todo creías tener una ligera idea pero el te estaba demostrando confianza y eso debía de ser mutuo.

- Estaba preocupada por ti. Nunca hablas con nadie pero deberías de empezar a hacerlo, no es bueno guardarse todo.

+ ¿Por qué no te metes en tus propios asuntos? No necesito una estúpida extra que me cuide, seré el mejor.

- No lo dudo pero... Hasta los más fuertes tienen debilidades.

Supiste que tú respuesta no le gusto por la cara que puso, el silencio os volvió a rodear pero esta vez si pudiste marcharte.

EnamorándoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora