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Su cerebro trabajaba a mil por hora tratando de buscar una forma de sacarlo de ahí, después de su desafortunado encuentro con Bokuto fue arrastrado hasta una cafetería cercana al lugar donde estaban, y ahora estaba sentados frente a frente sin mir...

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Su cerebro trabajaba a mil por hora tratando de buscar una forma de sacarlo de ahí, después de su desafortunado encuentro con Bokuto fue arrastrado hasta una cafetería cercana al lugar donde estaban, y ahora estaba sentados frente a frente sin mirarse ni hablarse.

El pelinegro sabia que no podía correr ya que el contrario era mucho más rápido y fuerte que el asi que fácilmente lo atraparía, también sabia que ninguna excusa funcionaria así que su única opción era quedarse ahí y beber su jugo.

Cuando Akaashi conoció a Bokuto era un chico muy energético que podía hablar por horas sin cansarse, pero en ese momento estaba callado, el único sonido que producía era el de la bombilla al sorber su limonada—que por cierto estaba por acabarse—eso ya empezaba a desesperarlo, estaba apunto de romper el silencio pero el contrario se le adelanto haciéndole una pregunta.

-¿Cómo has estado?

¿Enserio? pensó Akaashi, después desaparecer por 2 años, ¿Solo preguntaba eso?

¿Por que no le gritaba, por que no le pedía explicaciones, por que no estaba enojado, por que no lo odiaba?

—Bien—dijo mirando su jugo.

—Me alegro—dijo esperando que el pelinegro agregara algo más, pero al ver que no lo haría empezó a pensar en preguntas para salvar la conversación—¿Y qué haces hecho en estos 2 años alguna novedad, qué tal va tu trabajo?

La verdad es que Akaashi se había estado preparando para escuchar a Bokuto pedir respuestas a gritos, por lo que no sabía que responder ante la actitud tan calmada del contrario.

—Me a ido bien... creo que debería irme

Akaashi estaba parándose cuando sintió que en un movimiento rápido Bokuto tomó su mano evitando que se valla.

—No, por favor no te vallas—dijo sin levantar la mirada—Te he buscado por 2 años y por fin te encuentro, no te voy a pedir explicaciones ni nada de eso, pero no te vallas de nuevo.

No sabia que hacer, si se iba Bokuto lo encontraría de todas maneras, así que después de pensarlo mucho decidió darle su número, era mejor que encontrar a Bokuto en la entrada del hotel donde se hospedaba o en su oficina.

Después de que Bokuto verifico que no le haya dado un numero falso se despidieron y cada uno se fue por un camino distinto.

Cuando Akaashi llego a su habitación, tiro sus cosas en el sofá y camino rápidamente hasta la cama, se metió entre las sabanas, abrazo una almohada y lloro toda la noche, sin poder evitar pensar en Bokuto.

Cuando Akaashi llego a su habitación, tiro sus cosas en el sofá y camino rápidamente hasta la cama, se metió entre las sabanas, abrazo una almohada y lloro toda la noche, sin poder evitar pensar en Bokuto

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until he comes back # osasuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora