Desde Las Sombras

CAPITULO 37

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La aldea desbordaba tranquilidad, los niños jugaban en las calles y las familias paseaban.
Sakura por fin se había acostumbrado a la silla de ruedas y para sorpresa de todos la hokage y el Sannin de los sapos estaba en una relación luego de su primer cita la cual fue memorable para todos aquellos que los vieron pasear.

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La puerta de la oficina fue abierta por el peliblanco quien llevaba una yukata roja.
La rubia dentro de la oficina estaba dandole los últimos toques a su ropa, llevaba un kimono verde limón y su típico peinado; sus párpados estaban coloreados por un delicado maquillaje a juego con su kimono que Shizune le había hecho horas antes.

__Tsunade, te ves preciosa- dijo el Sannin.__

La mencionada se coloró y sonrió.

__Gracias, tú no te ves tan mal paras ser tú- dijo y golpeó levemente el hombro de su cita.__

__Tan amable cómo siempre, Tsuna.__

Ambos salieron de la Oficina y comenzaron su cita. Hicieron una parada en un puesto de máscaras [ -_- partanle la madre al señor] y compraron un par. Siguieron su camino hacia uno de los campos de entrenamiento dónde jiraiya -con ayuda de Karin y Sakura- tenía preparado un picnic donde el postre sería un pastel con relleno de zarzamora.

Pasaron las horas juntos, comiendo y platicando del pasado: misiones juntos, sus peleas incluso de las veces que con ayuda de Orochimaru, Jiraiya intentó hacerse el heroe con Tsunade para ganar su corazón.
Llegó el momento que el peliblanco esperó toda la noche.

__La luna está preciosa.__

La rubia lo miró con un sonrojo, ¿A caso esa era una confesión? O ¿Simplemente era Jiraiya siendo jiraiya?. Los nervios la invadieron y con una sonrisa en los labios habló.

__Estoy en paz.__

El Sannin la miró encantado, había aceptado, rápidamente se levantó de su lugar y caminó hasta la rubia a quien le extendió una mano. Tsunade la tomó y se levantó, jiraiya al tenerla de frente la tomó delicadamente del mentón y comenzó a acercarse, sus ojos se cerraron y sus corazones se sincronizaron.
Sus labios encajaban perfectamente con los del otro, parecían haber sido hechos para estar juntos.

Desde la sombra de un árbol Karin, Sakura y Shizune miraban la escena al borde de las lágrimas, les habia parecido hermoso el momento.

La noche continúo y volvieron al pueblo dónde entraron a una taberna y salieron tambaleándose . Como si no fueran la hokage y el sannin de los sapos estuvieron jugandole bromas a sus allegados como Iruka, Kakashi, Asuma o Kurenai.

Los aldeanos veían con diversión a su hokage, podía ser la máxima autoridad pero aún tenía un alma traviesa que adoraba jugar bromas.

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Algunos shinobi que anteriormente hacian patrullaje de encontraban camino a hacer el reporte cuando un hombre pelinaranja se paró frente a ellos.

Con una vara de metal atravesó al primero y mientras los demás trataban de distraerlo uno comenzó a correr para avisar a la hokage, sin embargo sus compañeros fueron expulsados llamando su atención, en menos de lo esperado el chico fue asesinado de la misma manera que el primero, los otros tres tuvieron el mismo final.