Son las diez de la mañana, y junto a la soledad de su hogar tan amplio y brillante, desayunaba en el comedor el día Domingo. Y su vida pareciera ser normal, como toda otra. No le faltaba nada, absolutamente nada, no tenía de que preocuparse. Su trabajo quedaba cerca, no se moría de hambre, y tenía un buen puesto en su espacialidad. Huang Xuxi, el presidente de la mejor marca de maquillaje en Seúl y el país, vivía feliz en Corea del Sur. Estaba soltero, y así era mejor, le gustaba esa vida sin preocupaciones amorosas, solo era un lío pensar en eso.
Y cuando más pensaba que iba a tener un día normal de fin de semana, empezaron a tocar la puerta desesperadamente, se enfadó tanto cuando solo imaginaba ver a su molesto vecino, Yangyang, querer molestarlo tan temprano en la mañana. Ya lo molestaba mucho de Lunes a Viernes, pero de todas maneras se tuvo que levantar con el café en la mano, rascando su nuca mientras lo maldecía lo más bajo que podía. La tentación de tener que ver quién era, bueno, con voluntad todo lo puede.
Le parecía un tanto extraño —además de molesto— recibir visitas. Generalmente, siempre eran sus amigos de más confianza o sus padres, los que entraban gratis ya que tenían la llave de su casa. Cuando estaba más cerca, podía ver dos sombras, suponía que podría ser esos chicos que podrían venderle algo con la intención del dinero y no aparecer nunca más frente a su puerta.
—abrió la puerta, viendo la sombra de dos chicos más bajo que él, una niña y un niño, estaban con los ojitos brillantes, como si fueran dibujos animados de Disney. Sus ropas eran coloridas y a los estilos de los 90's, este los miró de pies a cabeza y dijo con el tono más grave de voz—. No quiero que me vendan nada, solo váyanse a casa —tomó la manilla con las intenciones de cerrar la puerta.
— ¡Espera, soy Ningning! —dice la chica, después le sigue la voz de su hermano.
— ¡Y yo soy Sungchan!
Definitivamente deberían ser vecinos al igual que Yangyang que buscaban colmarle la paciencia y hacerlo fruncir el ceño, o quizá querían presentarse de la peor manera posible. Los dos jóvenes estaban conscientes que ese hombre no los quería ahí, frente a él y su casa. Pero la china decidió apresurarse para sacar lo que ocultaba en su bolsillo, y así pasárselo a su hermano, y así dejar que su contrario pudiera ver con claridad que le mostraban.
— Disculpa, pero, ¿D-De dónde sacaste eso?
Hace bastante tiempo sintió que la garganta se le apretaba y el tiempo se detenía. Con mucha rapidez, dejó escapar un chillido de terror. Los dos del frente eran parecidos a él, y de alguna manera también con alguien que consideró como su pareja en el pasado, cuando tenía 19 años. El cerebro se le inundaba de recuerdos y de experiencias, y todavía tenía el recuerdo de cuando les habían sacado esa foto.
— ¿Q-Quiénes son ustedes? —pregunta con la voz temblorosa y los ojos abiertos como platos, viendo como los jóvenes se le acercaban.
— Somos Kim Sungchan —dice el más alto.
— Y Kim Ningning —dice la más baja.
— Y somos tus hijos, y te buscamos porque papá Jungwoo tiene una enfermedad terminal.
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back to you → luwoo.
Fiksi Penggemar𝖔𝖓𝖌𝖔𝖎𝖓𝖌 | El pasado grita por los recuerdos, el presente desea olvidar todo, el futuro y sus hijos los volverán a unir para amar otra vez. ∔ Ship principal: Luwoo. ∔ Personajes s...