Capítulo 4

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Las ambulancias no tardaron tantos minutos en llegar al accidente, minutos después comenzaron a llegar los automóviles de los policías y por alguna extraña razón también estaban los medios ahí, presenciando aquel terrible accidente.

Las personas encargadas de la ambulancia intentaron hacer de todo para sacar aquel cuerpo casi moribundo, lleno de cardenales y de heridas, unas no tan profundas como otras, pero ella no mostraba ninguna molestia, no había muerto ya que sus signos vitales seguían ahí pero eran cada vez más débiles.

Cristales de todos los tamaños habitaban en el cuerpo de aquella castaña, uñas rotas e incluso hubo un dedo que ni si quiera tenía una uña, al igual que las costillas que se encontraban rotas, los labios estaban partidos y probablemente más de un hueso roto.

Eleanor fue puesta en la camilla inmediatamente, perder el tiempo observando todo el daño que se causó no iba a ayudar de nada más que para apresurar su muerte y hacerla sufrir aún más de lo que ya lo estaba haciendo.

La ambulancia arrancó y el paramédico que se encontraba junto a Eleanor comenzó a observar su cuerpo con mayor  atención, dándose cuenta de como una mancha de sangre comenzaba a expandirse por toda su ropa.

Se acercó a aquella herida pensando que era solo un cristal roto al igual que otros que también se encontraban enterrados, pero quitarlos no iba a ser una opción ya que se podía desangrar, pero la única pregunta que rondaba por la cabeza del paramédico era ¿Por qué no hay un cristal enterrado?

La herida era profunda pero no era tan grande, el supuesto cristal no se encontraba incrustado ahí y eso solo generaba aún más dudas de su paradero o de donde vino aquel corte.

Aquel paramédico no podía comprender  como fue que eso sucedió pero decidió seguir con su trabajo, intentando ver si aquella castaña seguía con vida o por lo menos con alguna esperanza a que pueda abrir sus ojos nuevamente y decir que fue lo que sucedió realmente.

Al llegar al hospital se apresuraron a intentar a quitar todos los cristales posibles sin dejar restos, cerrar las heridas e hacer que vuelva a tener conciencia, intentaban hacer todo lo más rápido posible y sin que saliera más sangre de la que ya había abandonado el cuerpo.

Las probabilidades de que ella pudiera seguir con vida sin ningún riesgo o alguna consecuencia a causa de las heridas era muy poca, algunos huesos fueron gravemente rotos, las heridas no solo eran externas si no también internas, y estás últimas se agravaron aún más con el paso de los minutos.

Las heridas eran muy profundas, los golpes en la cabeza que pueden traer consigo varios efectos secundarios y muy pocas posibilidades de que ella salga con vida.

La perdida de sangre tan grande también fue un factor de alto riesgo, se necesitaba un donador urgentemente y no lo encontraban.

El porcentaje de personas que habían sobrevivido a casos así eran de un 10% y todos aquellos tuvieron secuelas temporales pero difíciles de tratar pero los daños emocionales eran aún más fuertes e incluso algunos eran insuperables.

Minutos después los oficiales llegaron al hospital para encontrar respuestas sobre lo que sucedió para así poder cerrar el caso con más rapidez, los paramédicos fueron citados para decir que fue lo que pasó.

El paramédico que acompaño a Eleanor todo el camino hacia el hospital les comento acerca de la herida que le provocó cierta inquietud y muchas preguntas que no dejaban de rondar por su mente.

Y como consecuencia los oficiales comenzaron con la búsqueda de pistas para saber qué fue lo que sucedio y como fue que pasó o si simplemente fue una herida con el cristal y solo estaban sobre analizando las cosas.

Comenzaron con una pequeña revisión, intentando saber si el problema fue con los frenos y por eso se dio aquel accidente, llegando a la conclusión de que no fue asi, los frenos se encontraban con todo en su lugar, ahora no tan funcionales como antes por aquel golpe pero se podía ver qué el problemas no fue ahí.

Hicieron una revisión profunda al automóvil, encontrando varios artículos privados, fotografías, perfume, algunas prendas, anteojos, nada fuera de lo normal, o así fue como pensaban hasta que decidieron revisar debajo de los asientos.

Había un par de aretes, zapatos y algo que brillaba con la linterna, los oficiales sacaron aquel artefacto, dándose cuenta que era una navaja, una navaja con restos de sangre, desde ahí supieron que esto no fue un accidente como cualquier otro, algo malo había sucedido aquí.

Aquel oficial le hablo a su compañero
- once centímetros, acero inoxidable, tipo estilete con una hoja muy larga y aguda de varios diseños, normalmente la usan como  como arma punzante, supongo la utilizaron ya que penetra muy profundamente- Dijo observando la navaja detalladamente para dar un informe sobre lo que se encontró en el automóvil.

Varias horas después buscando alguna otra pista que los pueda ayudar a sacar teorías acerca de la navaja y los usos que tuvo.

Y sólo eso bastó para que dieran inicio a  investigaciones exhaustiva para dar con el o la culpable.

No sabían cómo iban a comenzar pero estaban seguros de que iban a encontrar todo lo que buscaban y aún más.

Ya que esto no fue solo un simple accidente automovilístico por la imprudencia de los conductores, esto habia sido un intento de un asesinato, que había sido cubierto por un simple choque y que no supieron hacerlo bien.

Y el principal sospechoso era Louis Tomlinson, ex pareja de Eleanor Calder, ella le había arrebatado su restaurante y todas las teorías terminaban en lo mismo, Louis Tomlinson es el culpable...

Esta vez si me tarde demasiado en subir un capítulo y sinceramente no tengo excusas para justificarme, se me olvidó y cuando me acordaba me daba mucha flojera, les pido mis disculpas :(

Lyn
15-07-21 | 18-07-23

The secrets [L. S]  EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora