EL DESEO DE TENERTE ||Madara y tú||

Cap 8 ||ALGUIEN NUEVO||

Despertaste algo confundida, no recordabas lo que había pasado ayer, solo tenías un dolor en la mano y extrañamente en las caderas. te levantaste y te cambiaste, bajaste a la sala y ahí estaba madara sentando leyendo un libro, la verte solo te dijo buenos días y siguió leyendo el libro tu solo lo mirabas no sabias porque, pero solo lo hacías

—Pasa algo ... estas bien siento que fui rudo contigo anoche—

—D-de que hablas— miraste confundida

—... No recuerdas nada ...—

—Hicimos algo anoche ... amanecí sin ropa, pero nadie estaba conmigo—

—Mierda ... no me dijeron que pasaría esto— te tomo de los hombros —escucha ... anoche tu y yo, estuvimos juntos—

—... ósea que ...—

—Si y lo siento si lo hubiera sabido no hubiera aceptado—

No dijiste nada y solo te sentaste en el sillón, no sabias cómo reaccionar no podías enojarte pues el lucia arrepentido y pensaste que quizás tú también tuviste la culpa. Él se sentido a tu lado y te entrego un plato con comida, lo tomaste y empezaste a comer en silencio

Habías pasado casi todo el día, encerrada en tu habitación pues los recuerdos poco a poco iban llegando y no podías creer lo que habías hecho. Tu vergüenza era tanta que no querías salir de la habitación, pero en algún momento tendrías que hacerlo

Decidiste salir a tomas un poco de aire fresco y olvidar lo que había pasado, pero te detuviste y pensaste que quizás madara quiera hacer lo mismo, puede que este igual que tú, aunque no sabias como hacerlo si salía el de seguro los anbu lo estarían vigilando y seria molesto para el

—Madara ... saldré a hablar con la 5ta no tardare tanto no quieres que te traiga algo--

-No-

Nuevamente estaba cortante no sabias que más podías decir así que solo te sentaste junto a el

—Escucha lo que paso anoche—

—Lo disfrute, pero no puedo evitar sentirme ... mal por ti, tuviste tu primera vez conmigo--

—Eh... supongo que también lo disfrute y tranquilo no me molesta supongo quizás lo podemos repetir— bromeaste

Madara se abalanzo sobre ti tomándote de las muñecas dejándote totalmente inmóvil, acerco su rostro al tuyo dejando una leve distancia entre sus labios

—No bromees con eso mocosa porque puede que me lo tome enserio—

—Entonces si quieres repetirlo—

—...—

—Tu silencio dice mucho pervertido—

—El pervertido soy yo, anoche tu rogabas que entrara en ti sacabas cada excusa para que lo haga— sonrió, ya no parcia tan arrepentido