El boggart

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Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los Slytherin y los Griffindor estaban a mitad de la clase de pociones, que duraba dos horas. Entro con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

- ¿ Que tal, Draco?- dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta- ¿ Te duele mucho?

- si- dijo Malfoy, con gesto de hombre valiente. Pero vi como le guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle en el instante que Pancy apartaba la vista.
Ruedo los ojos ante tanta idiotez delante mía centrándome, en la clase.

- siéntate - le dijo el profesor Snape amablemente.

Harry y Ron se miraron frunciendo el ceño. Seguro estaban pensando que si hubieran sido ellos, quien hubiera llegado tarde, Snape los habría castigado. Pero Malfoy siempre se había librado de los castigos en las clases de Snape.
Aquel día elaboramos una nueva pócima. Una solución para encoger. Malfoy coloco su caldero al lado de Ron y del mío, para preparar los ingredientes en la misma mesa.

- profesor- dijo Malfoy- necesitaré ayuda para cortar las raíces de Margarita, porque con el brazo así no puedo.

- Weasley, córtaselas tú- ordenó Snape sin levantar la vista.

Ron se puso rojo como un tomate.

- no te pasa nada en el brazo- le dijo a Malfoy entre dientes

Malfoy le dirigió una sonrisita desde el otro lado de la mesa.

- ya has oído al profesor Snape, Weasley. Cortame las raíces.

Ron cogió el cuchillo, acercó las raíces de Malfoy y empezó a cortarlas mal, dejándolas todas de distintos tamaños.

- profesor- dijo Malfoy, arrastrando la silla- Weasley está estropeando mis raíces, señor.

Snape fue hacia la mesa, mirando las raíces mal cortadas y dirigió a Ron una sonrisa desagradable.

- Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de el, Weasley.

- pero señor... - quiso rebatir Ron, pero Snape ya no le hacía caso, su vista se había posado en mí.

- señorita Grindelwald, le importaría ayudar a Malfoy a cortar sus raíces.

- claro profesor- asiento poniéndome a cortar de nuevo las raíces de Malfoy en troncos iguales.

- no entiendo, como es que Snape es siempre amable contigo- susurra Ron para evitar que alguien más le oiga.

Por mi parte solo me dedico a encoger me se hombros sin darle importancia.

- profesor, necesitaré que me pelen el hígado seco- dijo Malfoy, con voz impregnada en risa maliciosa.

- Potter, pela el hígado seco de Malfoy- dijo Snape, echándole a Harry una mirada de odio que reserva solo para él.

Harry cogió el hígado seco de Malfoy, pelando lo tan rápido como le fue posible, lanzándose lo sin dirigirle la mirada, mientras yo y había terminado de cortar todas sus raíces.

- ¿ Habéis visto últimamente a vuestro amigo Hagrid?- nos pregunto Malfoy en voz baja.

- A ti no te importa - dije mirándole directamente a los ojos.

-Me temo que no durará mucho, como profesor.- comento Malfoy, haciendo como que le daba pena, sin apartar sus ojos de los mios- A mi padre no le ha echo mucha gracia mi herida.

- continua hablando, Malfoy, y te haré una herida de verdad- le gruño Ron que había estado escuchando todo.

- ... Se a quejado al consejo Escolar y al ministro de magia. Mi padre tiene mucha influencia, no sé si lo sabéis. Y una herida duradera cómo está ...- Exhaló un suspiro prolongado pero fingido- ¿ Quien sabe si mi brazo volverá algún día a estar como antes ?

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2021 ⏰

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Evangeline Grindelwald y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora