se terminan las vacaciones

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Me encontraba dentro de mi cuarto intentando esconderme de mi madre, la cual no paraba de repetirme cada vez que tenía la oportunidad, que debía acercarme y ser más amable con el miserable de Draco Malfoy, mi archi enemigo desde que puse un pie dentro de hogwart. No había ni un solo momento que no me molestará y que yo no sintiera la necesidad de arrancarle uno a uno esos mechones rubios oxigenados .
Para mi mala suerte nuestros padres se conocían desde pequeños pues estuvieron en la misma casa de hogwart y ahora también coincidieron trabajando en el ministerio, algo no muy favorecedor para mí, ya que en el veranos mis padres se la pasaron invitándoles a comer o pasar el día en mí casa, haciendo que tuviera de armarme de toda mi paciencia para no echar alguna maldición sobre cierto rubio que no hacía más que colmar mi paciencia cada vez que abría la boca.
Moví la cabeza de un lado a otro para sacarme esos recuerdos desagradables de la cabeza y seguí escribiendo la carta que tenía pensado enviarle a Hermione para preguntarle qué tal le estaba yendo su verano, esperando que fuera mucho mejor que el mío. Pensé mandarles también unas cartas a Harry y a ron, pero..
Ron se encontraba en Egipto teniendo unas increíbles vacaciones y Harry...bueno, el pobre estaba pasando el verano cómo podía aguantando a esa horrorosa familia que solo había tenido la suerte de ver cuándo iban a buscarle al volver de hogwart

- estúpidos muggels - murmure entre dientes terminando de escribir la carta, dándose la a mi lechuza Loki la cual ululo feliz de poder salir a estirar sus alas
- ten cuidado pequeña - acarició su cabecita y la dejo salir por la ventana viendo como se perdia su silueta por el orizonte.

Unos fuertes golpes en la puerta me hacen salir de mi ensoñación girando la cabeza con algo de brusquedad, notando como me daba un pequeño tirón en el cuello

- si?- pregunto con voz adolorida levantándome de la silla para ir hasta la puerta, abriéndose está cuando estaba a punto de coger el pomo

- Evangeline! Llevo más de medio hora buscándote ¿ Que estabas haciendo ?- le estridente voz de mi madre se dejó oir por el hueco de la puerta abierta, haciéndome suspirar

- mamá, solo me encontraba escribiendo una carta a una amiga - comento sin ganas de discutir pues sabía que a mis padres no les gustaba nada que hablase con Hermione o cualquiera de mis amigos

- espero que no haya sido a esa sangre sucia - pronunció cada palabra con asco. En general mi madre no era para nada una mujer fea, pelo negro y largo hasta la cintura, unos preciosos ojos azules como el mar y una piel tan blanca como la porcelana. El único problema es que siempre llevaba esa expresión en el rostro de asco que hacía que le diera un aspecto uraño y algo más envejecido - en todo caso baja que tenemos que ver a los Malfoy, hemos quedado en ir a por vuestras cosas al callejón diagon
Puse un gesto de disconformidad
- no me pongas esa cara, a demás así empiezas a tener mejores amistades, el joven Draco es un chico muy apuesto a demás de provenir de una familia sangre pura y respetable.

Sabía que no valía la pena que intentara ni siquiera discutir por lo que solo asentí metiéndome de nuevo dentro de mi habitación para coger la lista de hogwart y salir por la puerta siguiendo a mi madre hasta el que sería la peor tarde de la historia.

Como predije nada más llegar al callejón me encontré con esos ojos azules y esa mirada pícara a la vez de malévola de Draco, sabiendo que en su cabeza se estaba formando algún plan para volver a sacarme de mis casillas. Tenía que reconocer que el verano no le había sentado nada mal, su pelo estaba más largo y revuelto dandole un aspecto de chico rebelde, había crecido muchísimo desde que estuvimos en segundo y en general si era un chico guapo pero...lo idiota le quitaba todo su encanto.
Me di cuenta que el también me estaba examinando por lo que mis mejillas cogieron un todo rosáceo por la vergüenza

Evangeline Grindelwald y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora